Alonso espera una salida fulgurante

El regreso al KERS (sistema de recuperación de la energía cinética en el frenado) del R29 no dio los efectos esperados en la clasificación. Fernando Alonso esgrimió que el coche estaba más o menos al nivel que en los grandes premios precedentes. "El octavo puesto es lo máximo a lo que podíamos aspirar", dijo el bicampeón mundial, a quien sólo cuatro centésimas de segundo le separaron del sexto.

Sin embargo, tanto él como su jefe de ingeniería, Pat Symonds, estaban de acuerdo en que el KERS debía serles muy útil para afrontar hoy el inicio de la carrera. "La mayor ventaja se dará en la salida. En Monza hay mucho espacio entre la parrilla y la primera curva. En esta situación, el KERS puede darnos unos 15 metros de ventaja en comparación con los coches que no lo lleven", aseguró Symonds; "además, puede ayudarnos también en los adelantamientos".

Éstos fueron dos de los argumentos técnicos que determinaron la vuelta de Renault al KERS. Cuando lo abandonó, tras el Gran Premio de Bahrein, pareció que lo habían desterrado de sus planes para siempre porque le obligaba a un reparto de pesos que no era el que deseaba y "era más un freno para el coche que un apoyo", según Flavio Briatore, el director de la escudería. Pero entre los técnicos hubo coincidencia en que en Monza, un circuito de largas rectas y poca carga aerodinámica, el KERS podía ser útil.

"En la salida, es mejor tenerlo que no tenerlo", afirmó Alonso; "hemos salido mal en casi todas las últimas carreras y el KERS debería permitirnos paliar esta situación y mantener, al menos, nuestra posición. Pero dependerá de lo que hagamos en los 10 o los 20 primeros metros de la carrera. Creo que tenerlo va a resultar positivo".