Chaves ofrece las competencias de la Inspección de Trabajo

Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid, es una buena anfitriona. Lo demostró cuando recibió al ministro Alfredo Pérez Rubalcaba con una tarta por su cumpleaños, y cuando se entrevistó con el responsable de Fomento, José Blanco.

Ayer se reunió con el vicepresidente tercero y ministro de Política Territorial, Manuel Chaves, que le ofreció las competencias de la Inspección del Trabajo. Aguirre no contaba con esta oferta y evitó pronunciarse sobre su interés en asumirla. Cataluña ya tiene esas competencias y el País Vasco y Andalucía han reclamado las transferencias.Esperanza Aguirre aprovechó la oferta de Chaves para reclamar las transferencias de la gestión de la red de Cercanías y de los museos Sorolla, Romántico y Cerralbo, que no tienen la categoría de nacionales.

Durante la reunión trataron, además, algunos detalles sobre la próxima conferencia de presidentes autonómicos que se celebrará en la última semana de octubre. Para esta cita repasaron el papel de las comunidades autónomas durante la presidencia europea de 2010, que España ostentará en el primer semestre. Para preparar este encuentro entre los presidentes regionales también abordaron las aportaciones de la Comunidad de Madrid al proyecto de economía sostenible que prepara el Gobierno estatal. Pero no precisaron detalles de ninguno de los dos asuntos.

Aguirre mostró cierta sorpresa porque Chaves evitó discutir sobre financiación autonómica. "Es una competencia de la ministra de Economía", dijo para zanjar la cuestión. Sin embargo, la presidenta regional entró al trapo y cortó a Chaves cuando éste explicaba a una pregunta de los periodistas que el nuevo sistema de financiación es "solidario y ninguna comunidad autónoma ha recibido más de lo que le corresponde". Aguirre le interrumpió: "Más que nada porque ninguna hemos recibido nada. A ver si lo que recibimos es superior a lo que tenemos que devolver", espetó con una ligera sonrisa.

Aguirre también lanzó dardos contra la política económica del Gobierno en plena cara del vicepresidente. Es buena anfitriona. Pero le gusta demostrar que la que manda es ella.