La T-1 supera la prueba de fuego
La terminal acoge sin problemas el 70% de los vuelos que pasan por El Prat - Los viajeros del Puente Aéreo celebran que el viaje se acorte 12 minutos
"Parece un aeropuerto internacional". Ésta es la impresión de Carlos, pasajero del vuelo IBE 5222 procedente de Budapest, al llegar ayer a la terminal 1 del aeropuerto de El Prat. No se equivoca, se trata del noveno aeropuerto de Europa. Opiniones como la de Carlos indican que la T-1 ha cumplido uno de sus objetivos: que el aeropuerto del Barcelona, además, de ser internacional, lo parezca. La nueva terminal pasó ayer su prueba de fuego y con nota. Después de su inauguración el pasado 17 de julio, las instalaciones habían acogido poco más del 26% de los vuelos del aeropuerto; desde ayer esa cifra roza el 70%.
El incremento de operaciones no afectó a la buena marcha de la nueva terminal. El traslado de las 17 compañías, incluidas las que integran la alianza OneWorld, entre ellas Iberia y Vueling, sumadas a las de Star Alliance, que opera en la T-1 desde su inauguración, hace que la nueva terminal sea, de hecho, el nuevo aeropuerto barcelonés.
"La T-2 era más bien casposa y ésta es encantadora", dice un usuario
La normalidad fue la tónica general de una jornada que también podría haber sido el día de los chaquetas verdes, como se conoce al personal de información de tierra de Aeropuerto Españoles y Navegación Aérea (AENA), que ayer tuvo que emplearse a conciencia para orientar a los usuarios en unas instalaciones de más de 500.000 metros cuadrados.
El propio director del aeropuerto, Fernando Echegaray, aseguró ayer: "La noticia es que no hay noticia". Si alguien esperaba una repetición de la inauguración de la T-4 de Barajas, con cientos de maletas extraviadas y trabajadores que visitaban por primera vez la instalación, se quedó con las ganas. No fue ése el caso de la T-1 ayer. AENA incrementó el personal de tierra para poder orientar al pasaje. Y lo mismo hicieron compañías como Iberia, con casi el 30% más de informadores. "No me ha dado tiempo de perderme; un chico se me ha acercado nada más entrar por si necesitaba algo", aseguraba ayer Carmen, mientras esperaba a su hijo.
Muchos viajeros vivieron la misma situación y la mayoría lo agradecieron, prácticamente cualquier operación -llegar a facturación, al aparcamiento o a la recepción de viajeros- requería de un mínimo de dos preguntas a los chaquetas verdes.
Pese a todo, también hubo quien pagó la novatada: "Le hemos dicho al taxista que volábamos con Iberia y nos ha llevado a la T-2, allí nos han mandado a la T-1", explicaba ayer Laura, que tuvo que sumar a su viaje unos minutos más de trayecto. Nancy, que esperaba a su hijo procedente de Colombia, también visitó ambas terminales antes de dar con el lugar acertado y aseguraba que al llegar al aeropuerto se había sentido algo "desconcertada". La sensación se repitió en muchos pasajeros.
Orientación aparte, la impresión de los usuarios sobre la obra del arquitecto Ricardo Bofill era más que positiva, "Venimos de Nápoles y comparado con aquello esto es lo súper de lo súper, nos hemos quedado con la boca abierta", aseguraba un grupo de españoles procedentes de Italia.
El Puente Aéreo Madrid-Barcelona, operado por Iberia, es uno de los grandes beneficiados del traslado a la T-1, y aprovecha así para ganarle unos puntos al AVE, su gran enemigo en el último año. Los cerca de 60 vuelos diarios de este servicio llegan ahora al llamado corredor Barcelona-Madrid, en la zona norte del aeropuerto, con acceso y parrilla de taxis propia. "Ya era hora, la T-2 era más bien casposa y ésta resulta encantadora", opinaba Jaime, usuario habitual del Puente Aéreo, que, desde ayer, tarda unos 12 minutos menos gracias a que los aviones aterrizan más cerca de la terminal. En general, los usuarios decían haber salido ganando con el cambio a la nueva terminal.
La percepción positiva del pasaje concuerda con la valoración que hacen tanto AENA como las aerolíneas. Por ejemplo, el presidente de Vueling, Josep Piqué, quien calificó la jornada de "éxito" y aseguró que la T-1 representa una mejora de la imagen internacional de Barcelona y España.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.