Los cañones de San Fernando
El Ayuntamiento pide la tutela de las armas halladas en la localidad gaditana
En pocos casos los restos físicos de la historia tienen tanto valor simbólico. Las piezas de artillería aparecidas en las orillas del puente Zuazo, en San Fernando (Cádiz), son testimonio, según los primeros indicios, de la contienda que frenó en 1810 el avance de las tropas francesas y que mantuvo intacta la identidad española en las ciudades de la Isla de León y en la capital gaditana. Esa exitosa contienda permitió la reacción de los liberales locales, quienes, mediante la promulgación de la Constitución de 1812, crearon un nuevo orden.
El Ayuntamiento isleño, consciente de la trascendencia de los cañones y de su utilidad patrimonial de cara a las celebraciones del bicentenario de aquellos acontecimientos (en 2010 en el caso de San Fernando y en 2012 en el caso de Cádiz), ha pedido el control de las piezas.
El alcalde recalca el papel de la ciudad en la lucha contra la invasión francesa
En un escrito remitido ayer por el alcalde de San Fernando, Manuel María de Bernardo (Partido Andalucista), a la delegada de Cultura de la Junta en Cádiz, Yolanda Peinado, el primer edil recuerda que su ciudad "jugó un papel fundamental en la defensa del territorio español durante la invasión napoleónica y prueba de ello fue la inexpugnabilidad del territorio ante las tropas invasoras, por ello el suelo isleño está jalonado de multitud de baluartes defensivos".
Este argumento avala la solicitud para que las piezas encontradas, y las que posiblemente salgan a la luz en los próximos días, tengan su destino en "el entorno geográfico e histórico en el que ha tenido lugar su descubrimiento, lo cual ayudaría en gran manera a su contextualización y comprensión por parte de los ciudadanos".
De Bernardo pide que los cañones y la munición hallada queden bajo la custodia del Ayuntamiento. Reclama que sean restaurados, interpretados y expuestos según el criterio municipal. De esta forma sale al paso del protocolo habitual, que señala a la Junta como propietaria legal de los yacimientos arqueológicos abiertos en suelo andaluz.
De hecho, el Consistorio, ya ha propuesto un destino para las piezas. En su carta, el alcalde considera que el propio puente Zuazo, pendiente de un ambicioso proceso de restauración, sería el marco ideal para exponer "con carácter permanente estos cañones".
Con todo, se trata de una labor delicada. En este caso, los trabajos de datación de las piezas cobran un valor fundamental para certificar su autenticidad en el marco histórico que se les atribuye. A falta de un estudio detallado, fuentes de la Junta valoraron ayer la posibilidad de que los restos procedan de diferentes periodos históricos, un dato que no podrá conocerse con fiabilidad hasta su limpieza, restauración y análisis.
El cañón número 17 fue encontrado ayer. Los expertos confían en poder hallar más. Las primeras piezas -cañones con un tamaño de entre 2,6 y tres metros y dos balas de munición de 36 y 24 centímetros de calibre- salieron a la luz, el lunes, del lecho de un caño que discurre junto al puente Zuazo mientras se desarrollaban obras para la construcción de un colector.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.