El último tema
Los 'dj's' debaten sobre la canción con la que cerrar una sesión: Sinatra o Lola Flores
Es el momento cumbre en uno de los locales más modernos de Madrid, Elástico. La hora y el día: 5.30 de la madrugada del sábado al domingo. El ambiente: cientos de modernos entre 20 y 25 años. La indumentaria: pantalones de pitillo, mucho H&M y gafas de sol (ganan las de espejo: la moda) a pesar del ambiente opaco. En la cabina opera Dj Carole, una de las pinchas más solicitadas del momento. Lo dicho, el gran momento, la cima de la noche, la canción final, esa que va a despedir la fiesta. ¿Por cuál se decidirá Dj Carole? Sus manos ya han elegido: un tema de los Pixies que se llama Hey, una canción que arranca titubeante, se desmelena en el ecuador, regresa al sosiego y tiene un colofón enloquecido. El público la baila y la corea de principio a fin. La música termina y el choque del silencio es brusco después de toda la noche en danza. Se desaloja el Elástico, pero muchos chavales se quedan en la plaza del Carmen. Los vendedores callejeros chinos y sus latas de cerveza salen de cualquier esquina. "La función de la última canción", relata Dj Carole, "es que todos se vayan emocionados. Deben ser piezas emotivas, con fuerza, que la gente las cante. Además de la de los Pixies, a veces termino con Reckoner, de Radiohead (en la versión remezclada del español Henry Saiz), o con Mi hermana pequeña, de Los Planetas".
"Se trata de poner un gran éxito atemporal", afirma Julio Ruiz
"Me gusta que sea algo completamente fuera de sentido", dice Dj Zeta
Dos teorías manejan los que saben sobre la canción final, la que debe culminar una buena fiesta. Están los que prefieren un tema apacible, que se salga de la línea del resto de lo que ha sonado durante la noche, para que el público se dé cuenta de que aquello se acaba; y están los que prefieren una canción eufórica y coreable para que la clientela se marche con la adrenalina al diez. DJ Rojiblanco (o sea: Julio Ruiz, de Radio 3) apuesta por esta última teoría: "Se trata de poner un gran hit atemporal, para que se vayan cantándolo, como With or without you, de U2. La última vez que lo puse a la gente se le salía la vena del cuello de tanto gritar". Si se trata de descolocar a la audiencia, Dj Rojiblanco guarda un as en la manga: Marionetas en la cuerda, de Sandy Shaw. Sí, aquella de: "Ayyyy, si tú me quisieras lo mismo que yo...". Otra perla con la que suele cerrar este dj es una versión de Stayin' Alive, de los Bee Gees, por un grupo llamado The Hormonauts. "Es otra posibilidad: una canción muy popular, que todos puedan reconocer, pero en una versión totalmente loca", concluye DJ Rojiblanco. Dj Gudlak, residente en Siroco, se decanta por la canción adrenalínica: Killing in the name, de Rage Againts the Machine, es un cierre perfecto. Les dejas atónitos".
El dúo Wagon Cookin prefiere un terreno intermedio, "algo que te deje con ganas de más, pero tranquilo". Sugieren dos piezas: Brazilian rhyme, de Earth Wind & Fire, y Chan Chan, del cubano Compay Segundo. Dentro de los que apuestan por un bajón dulce está el crítico musical y pincha ocasional Dario Manrique: "Hace falta una canción tranquila, para aplacar a la gente. Algo de Frank Sinatra o Dean Martin. Aunque la única vez que me han aplaudido fue cuando puse Ay, pena, penita, pena, de Lola Flores". Por Frank Sinatra y su New York New York, se inclina Fer Delgado, de 2Fer djs, que suelen frecuentar el Café de La Palma o Costello: "Es una canción que resulta algo hooligan, con un tiempo ideal para decir adiós. Crece y te anima, luego baja, y vuelve a crecer. Te das cuenta de que termina, se encienden las luces y te cuesta esfuerzo, pero te vas alegre". Este dúo condiciona la pieza a si "se van a quedar a emborracharse" o prefieren marcharse a casa. "Si nos vamos a quedar cerramos con Love is in the air, de John Paul Young. Es de esas canciones que elevan el estado emocional y hacen sonreír a la gente incluso no habitual del rollo de la música disco. Si nos vamos a marchar ponemos We've only just begun, de los Carpenters. Simplemente porque es una canción tremenda de tristeza alegre", comentan.
Sesiones para solteros es una de las fiestas que organiza José A. Castillo, que suele pinchar en El Sol o Kathmandú. "No soy partidario de terminar la sesión con un llenapistas. Es demasiado cruel. La gente debe saber que se acerca el final. Siempre elijo un tema que se diferencia de los anteriores, pero que se marchen tarareando el estribillo", sostiene, y apunta dos: Sunny, en la versión de James Brown con Dee Felice Trio, o Let the sunshine in, de Julie Driscoll y Brian Auger. En esta línea se mueve Dj Zeta (Junco, Morocco...): "Me gusta que sea algo completamente fuera de sentido, algo que no pega con la sesión. Así marcas un punto de inflexión, para que el público entienda que se acabó. Como You are de sunshine of my life, de Stevie Wonder, o La canción del trabajo, de Raphael".
Todo propuestas muy interesantes, aunque, como relata un asiduo a Elástico, hay que quitar relevancia a esta canción final: "A esas horas de la madrugada lo de menos es la música. Incluso pueden poner una ranchera o una cumbia porque las vas a bailar de todas formas".
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