"Necesito ser más agresivo"
Nadal con dolores en los abdominales, sale del atasco ante Almagro tras un primer set loco
La pista está en silencio porque lo que ocurre es increíble: Rafael Nadal y Nicolás Almagro ya se han repartido siete roturas de servicio y todavía discuten el primer set de su partido de la tercera ronda del Abierto de Estados Unidos. Almagro bufa casi con miedo tras ver cómo una recogepelotas pega un bolazo a un compañero, se queja del sol y sus reflejos, resopla, pega y vuelve a pegar. Es su momento (6-5 para Nadal): tiene dos bolas para confirmar el sinsentido y lograr la octava rotura, su cuarta en sólo una manga. El viejo John McEnroe, de pie en su puesto de comentarista, observa a Nadal, huérfano del primer saque, atascado como para perder más puntos con él que el adversario (48% de tantos ganados con el primer servicio), dolorido en los abdominales, de nuevo ante un desafío. Fue como activar una bomba: el mallorquín, siempre positivo, ganó esas dos pelotas, a las que les siguió el set, y con ellas el duelo (7-5, 6-4 y 6-4), en el que volvió a entregar otras dos veces su servicio. Ya hay cuatro españoles en los octavos de final, lo que iguala el récord de 2007: Nadal, Fernando Verdasco (venció por 3-6, 7-5, 7-6 (8), 1-6 y 6-4 a Haas), Juan Carlos Ferrero (1-6, 6-4, 7-6, 1-0 y retirada de Simon) y Tommy Robredo (7-6, 6-4 y 6-4 a Blake). Un éxito hecho de talento y perfilado con tecnología exclusiva.
Como en 2007, cuatro españoles en octavos: Nadal, Verdasco, Ferrero y Robredo
Cuando Nadal, por ejemplo, entra en el gimnasio del torneo, todavía sin haber visto agudizados sus problemas abdominales, no encuentra ni la máquina Tecar con la que trata sus dolencias ni la polea cónica que Joan Forcades, su preparador físico, emplea para ensayar las desaceleraciones y las frenadas, el trabajo muscular excéntrico. Del mismo modo, cuando entró en esa habitación, Carla Suárez se encontró con que no estaba el Yoyo System, la máquina diseñada para los astronautas de la NASA, ésos que volvían sin músculos del espacio, y que ella utiliza para prevenir lesiones. Los tenistas están a la última en tecnología. Hay jugadoras que acaban llorando literalmente tras entrenarse con pesas y tobilleras ortopédicas, con tubos entre las piernas, para aprender a dar todos los golpes con los apoyos ideales. Hay DVD como el que ayer se pudo llevar Nadal de su partido, tecnología punta para despiezar cada punto y cada golpe. Y hay también tenistas que utilizan radares para estudiar cómo mejorar su saque en los entrenamientos, cuál es el problema, dónde está el fallo.
"Quizás he estado sacando más flojo por el problema de los abdominales. Almagro tenía así más facilidad para atacarme", dijo Nadal al hilo de su servicio -ningún ace, 13 opciones de break concedidas-. El español empezó a sentir dolores tras la cita de Montreal y ayer tuvo que pedir la asistencia del fisioterapeuta, que le tumbó sobre la pista y le colocó una cinta especial en la zona dañada. Luego, ya en el hotel, se puso en manos del suyo. "No voy a hablar de lesiones", afirmó rotundamente; "sé que lo puedo hacer mejor. Volveré a saltar a la pista y en condiciones. Necesito ser más agresivo".
Nadal cuenta en Nueva York con la ayuda de Rafael Maymo, su fisio; de Julián Casanova, el de la federación española, y del doctor Ignacio Muñoz, también de este organismo, que es quien ha seguido diariamente la evolución de la lesión, "bajo control" y tratada "por precaución" hasta antes del partido, según fuentes de su equipo. Al número tres mundial le espera ahora el ganador del choque Gael Monfils-José Acasuso, que se disputó en la pasada madrugada española. Será un encuentro más de los cuatro con un español en los octavos. Para avanzar, algunos deberán superar a rivales tremendos: a Robredo le espera Roger Federer; a Ferrero, Juan Martín del Potro. Nadal, con margen de mejora, lidera la carga. En Nueva York ya se juega en serio.
Del Potro, adelante
El austriaco Daniel Loco Koellerer, temible y despreciado por muchos rivales, acostumbrado a las sanciones por sus insultos y desplantes, fue el último jugador anónimo dispuesto a demostrar que el torneo está para quien quiera ganarlo. Ningún favorito, ninguno de los grandes, está en los octavos sin perder un set: él también arrancó uno al argentino Juan Martín del Potro, el número seis mundial, antes de perder (1-6, 6-3, 3-6 y 3-6). Pero no sólo eso.
Cuando Delpo se dolía del antebrazo derecho tras pegarse contra una valla, Koellerer parecía reinar. El encuentro ya era un show de saltos y gritos, de celebraciones encendidas brazos al aire. Puro Loco Dani. Con todo, insuficiente para ganar a Del Potro, de trazo duro, que jugará ahora contra Juan Carlos Ferrero y que aspira a protagonizar el gran duelo de los cuartos con el británico Andy Murray, que en la madrugada pasada se enfrentó al estadounidense Taylor Dent.
El francés Jo-Wilfried Tsonga batió a su compatriota Julien Benneteau por 7-6 (4), 6-2 y 6-4.
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