"No tenemos nada que ver con el nacionalismo"
Manuel Vázquez (Carballiño, 1954) estrecha la mano con la misma energía que desea imprimirle al partido. Convencido de que va por el buen camino, el sucesor de Emilio Pérez Touriño como secretario general del PSdeG quiere zanjar los congresos provinciales para centrarse en las elecciones municipales. Por el camino le esperan debates como el futuro de las cajas, la renovación del Estatuto y el conflicto del gallego.
Pregunta. ¿Se ha desprendido el PSdeG del miedo atávico a las baronías provinciales?
Respuesta. Es cierto que en Galicia siempre se le tuvo miedo al modelo de baronías, probablemente porque hubo los antecedentes de la gran época de las baronías locales, con aquella gente toda. Pero hemos alcanzado un gran pacto entre prácticamente todo el partido, que consiste en abordar las estructuras provinciales con un elemento de enriquecimiento organizativo, de proximidad al ciudadano. Al final yo sé que la discusión de superficie es quién es el secretario provincial. Es la decisión más mediática, pero no es ese el debate.
"No debemos permitir fusiones interterritoriales de cajas de ahorro"
"El sentido común dice que, si hay que unirse, que lo hagan las gallegas"
"Del lío del gallego, que el presidente salga solo, que se cueza en su salsa"
"Me parece cruel que las palabras Feijóo y austeridad aparezcan juntas"
P. ¿Teme líos por la eventual competencia entre aspirantes?
R. Eso no es un problema. Lo raro es que en unas elecciones se presente sólo uno. Las cosas se están llevando con razonable discreción. Pasa que la filtración o la pequeña intoxicación forma parte del juego político. Lo sustantivo es que, una vez que la dirección del partido mantiene la distancia y permite que sean los militantes quienes elijan a su candidato, no hay posibilidades de reclamación. El aparatismo antiguo, de que el candidato sea Pepe, y si es Juan o Antonio ya hay lío... No, no. Y a partir de ahí, la Conferencia Política del año próximo, que debe centrarse ya en las municipales.
P. ¿Puede garantizar que repetirán los siete candidatos socialistas en las ciudades?
R. El apoyo de la dirección a los actuales alcaldes es total, porque están ganando las elecciones y están convirtiendo la política municipal en la que tira de la economía de Galicia.
P. ¿Y el modelo de pactos con el BNG también se mantendrá?
R. El PSdeG entra en una etapa en la que vamos a por todas. Somos capaces, y lo demostramos muchas veces, de gobernar con capacidad propia, con criterio propio y con autonomía.
P. Y en el Gobierno gallego, ¿sería partidario de repetir un pacto como el del bipartito?
R. El PSdeG está construyendo un modelo propio para Galicia, y eso es lo único que nos guía. No contemplamos ninguna otra alternativa. Si alguna cosa no nos funcionó bien en este modelo anterior es que no definimos un proyecto único, sólido y desde la base. No tenemos nada que ver en términos ideológicos con el nacionalismo. Luego los ciudadanos votan y los gobiernos se conforman como quieren los ciudadanos, no como quieren los partidos. Pero si somos capaces de gobernar en mayoría las grandes ciudades, por qué no construir una alternativa política propia. Yo tengo la sensación de que el PSdeG cada vez va a estar más fuerte, nos vamos a apuntalar más, porque hicimos un ejercicio de humildad, al asumir que muchas cosas no las hicimos bien y queremos hacerlas bien. Hubo un cierto distanciamiento ciudadano, abordar los problemas con mayor profundidad... Si se dan las circunstancias dentro de tres años y medio de que tenemos una mayoría sólida, aunque no absoluta, para gobernar, tomaríamos la decisión de gobernar. Y si no nos dejan gobernar, que lo haga quien tenga que hacerlo. Que el modelo del País Vasco está ahí ¿Qué puede darse? ¿Que aun no teniendo mayoría absoluta el PP pueda gobernar? Pues puede pasar. Y tampoco pasa nada, si lo deciden los ciudadanos.
P. ¿Cómo definiría estos primeros meses de Feijóo?
R. La frase que mejor lo resume es la gran mentira de la austeridad. Ahora que se dedica a ponerle deberes a Madrid e incumplir todos sus compromisos con Galicia, le vamos a demostrar muchas cosas. Que tiene más altos cargos que antes, que cobran más que antes, y que lo que él llama austeridad es reducir las dotaciones económicas de la política de educación, sanitaria, de inversiones en hospitales y depuradoras... Me parece cruel que las palabras austeridad y Feijóo a veces aparezcan juntas, cuando yo creo que el gran fracaso de sus primeros seis meses es que lo de la austeridad fue un gran cuento. Su filosofía es la de los conservadores americanos: esto está muy mal, cada uno que se busque la vida como pueda. Eso es lo que significa reducir las ayudas a los libros de texto, o paralizar la asistencia sanitaria pública, universal y gratuita. A mí no me gustan las peonadas, pero hay que operar a la gente. Feijóo para lo público sin dar alternativas, pensando que todo lo arregla el mercado.
P. El curso político comienza con la posibilidad de fusiones entre las cajas. ¿Está definida la postura del PSdeG?
R. No debemos permitir que haya fusiones interterritoriales que vengan a absorbernos. Porque dejémonos de eufemismos: si hay una fusión interterritorial, el centro de poder se desplaza hacia el mayoritario: Cataluña, Madrid... Si nos fusionan, se lo llevan. Las dos cajas gallegas tienen que decir cuál va a ser su hoja de ruta, el escenario por el que van a optar. ¿Que son necesarias fusiones? El sentido común dice que deben ser entre ellas dos. Sería muy difícil explicar en Galicia que sean necesarias fusiones y que vayan por separado. Si se necesitan fusiones, es claro que deben fusionarse entre ellas. Y si alguna tiene una hoja de ruta con capacidad y soluciones interterritoriales, que lidere ella, que lo diga.
P. Respecto al Estatuto, ¿sería posible como fruto de un acuerdo sin el BNG?
R. No sería deseable, lo ideal es que sea del consenso. Si alguien queda fuera lo deja un poco cojo. Pero bueno, hay precedentes de otros estatutos que no fueron por unanimidad y no pasa nada.
P. ¿Restó votos al PSdeG el conflicto del gallego en las autonómicas?
R. Como otros conflictos que se generaron por un problema de comunicación del Gobierno, pudo habernos restado algunos votos. Pero también digo que las decisiones de Feijóo le van a restar votos, porque esto es un movimiento pendular, nadie quiere que le impongas un idioma, pero tampoco que ataques a tu lengua. Esa es la combinación de la que no sabe salir. Aquí vivimos todos con un bilingüismo y una cohabitación razonablemente bien, sabiendo que iba ganando el castellano y en retroceso el gallego. Feijóo se metió en un charco del que no sabe salir, porque o incumple la ley o se demuestra que fue un demagogo y mintió. De este lío salga usted solo. Y arréglelo. Hay que dejarlo cocer en su salsa, para que aprenda que con la lengua no se juega. Pero también hay determinados colectivos que están en el modelo pendular distinto, diciendo que aquí tenemos todos que hablar el gallego. En todo caso, si Feijóo hace una propuesta que sea legal, que cumpla con el Estatuto, la Constitución y la Ley de Normalización, nos sentamos mañana y lo arreglamos. Y el Bloque también lo haría.
P. ¿Le ha llegado alguna crítica interna por haber comenzado la legislatura con el pie en el acelerador tan a fondo?
R. En todos los partidos tenemos modos de actuar. Yo decidí desde el primer momento bajar la palanca y meterle gas a tope. ¿Por qué? Porque creo que Galicia lo necesita, y el PSdeG lo necesita. ¿Por qué nos ve la gente muy bien en clave nacional y en clave municipal, y no tan bien en la autonómica? Porque a lo mejor mantenemos unas posturas tímidas, de ciertos complejos, de que somos muy institucionales, muy alambicados. Y hay que hacer un partido fuerte, sin complejos, pegado al terreno, que no le tiemble la mano cuando tiene que sacudir y tampoco cuando tiene que llegar a un acuerdo. Yo ahí me siento cómodo. Es cierto que puede haber un grupo de gente en el partido que venía acostumbrada a una vida más acomodada, de debate ideológico, pero nuestro país es como es y tenemos que parecernos a Galicia, y saber que hay que levantar el pulso. Tendremos que entender que perdimos porque algo no hicimos bien. Y yo creo que una de las cosas que nos faltan es pulso, pasión.
P. Touriño se enorgullece de no haber levantado las alfombras. ¿Debieron hacerlo?
R. Cuando llegamos a gobernar, tiene razón Touriño, nos dedicamos a gobernar, no a levantar alfombras. Sin hacer de eso un motivo fundamental, yo creo que algo debimos haber dicho. Debimos marcar las balizas, las coordenadas del Gobierno anterior un poco mejor. Pero nosotros llegamos para gobernar este país, no para pelearnos. El PP lleva seis meses peleándose con el pasado, y sin dar una sola solución de futuro. Feijóo anda de monaguillo de Rajoy a ver si pilla algo por Madrid.
P. ¿Erró el PSdeG con la campaña, como admite Touriño?
R. Hombre, cuando no ganas es que la campaña tampoco fue muy brillante. Algún día se escribirá, porque si se ven los gráficos se verá que fuimos a las elecciones en el momento del fondo del valle económico. Si hubiese un momento en el que nunca debía haber unas elecciones era ése. A lo mejor lo que hicimos fue que gestionamos razonablemente bien Galicia, e hicimos muy poca política en Galicia. No supimos implicar. Y apareció la variable de la crisis, que no estaba invitada. No lo digo como disculpa, pero teníamos que haber cambiado más cosas.
P. Su propuesta de pacto por el territorio contiene cierta autocrítica a la política del bipartito.
R. Tiene una parte de autocrítica, porque es evidente que no salió el tema como preveíamos. Pero cuidado: hablamos de una ley, la del suelo, que es del PP. Es una ley que modificó varias veces el PP y también el bipartito. Con todos los parches que le metimos todos, el 80% de los ayuntamientos gallegos no tienen planificación urbanística adecuada. No tenemos el Plan del Litoral y solo unos avances de Directrices del Territorio. Eso quiere decir que la cosa no va. ¿O son tontos todos los alcaldes, para no tener planes urbanísticos? Responsabilidades: 80% PP y 20% nosotros. Porque tuvimos tres años y medio para hacerlo y no lo conseguimos.
P. ¿El borrador de Ley de Suelo que maneja la Xunta le sirve de base para ese pacto?
R. Eso en realidad es una modificación basada en unas propuestas de los alcaldes, a través de la Fegamp. Que seguramente es bueno eso, y no está reñido con que provisionalmente aceptes esas propuestas, que pueden ser de dinamización, pero eso es otro parche.
P. ¿Está el PSdeG de acuerdo con esa propuesta?
R. Sí. Hombre, no digo con todo, que ya lo veremos en el Parlamento, pero esta reforma es una pequeña reforma que no alcanza ni al 15% de la ley.
P. ¿Qué le parece esta especie de luna de miel entre el presidente de la Fegamp, que es socialista, y el conselleiro Agustín Hernández?
R. No. Carlos Fernández está exigiendo la modificación de una ley que nos pidió en 2007 y que teníamos prácticamente pactada para cambiarla. Al final lo que plantea la Fegamp es de obligado cumplimiento.
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