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"Quiero que alguien me explique cómo está mi hermano"

Quejas en la puerta del centro de inmigrantes de Aluche porque algunos internos tendrán que pasar una semana aislados por sospechas de gripe

"Tenemos unos internos aislados y mucho jaleo", advirtió un policía a los familiares que aguardaban ayer a las puertas del Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Aluche, instándoles a que atendiesen con diligencia a sus turnos de visita. Aparte de eso, poca información más. El agente que les recibió el miércoles lo había hecho con una lista de 22 internos que no iban a poder recibir visitas ese día "por motivos de prevención".

La Jefatura Superior de Policía confirmó después que se habían producido dos casos de cuadros gripales en el centro. Uno fue trasladado al hospital, donde dio negativo en la prueba de gripe A y regresó al CIE. El otro se quedó en aislamiento y, al ver que evolucionaba favorablemente, no fue trasladado para hacerle más pruebas. El aislamiento de los otros internos se llevó a cabo "por prevención", por haber estado cerca de los afectados y para evitar contagios.

La Jefatura de Policía recalca que no hay ningún caso de H1N1
Los familiares hablan de que unas 25 o 30 personas siguen separadas

Algunos de sus familiares ya estaban advertidos de que no podrían verles en los próximos días. "Nos hemos reunido con el director del centro por la mañana y nos ha dicho que durante siete días no íbamos a poder visitarles", contaba ayer Silvia Marcos, española. Así que se ahorró la excursión al CIE en horario de visitas. Aunque no pudo quitarse de la cabeza la imagen del personal del centro "con mascarillas y guantes" y el no saber nada de su novio. "Mañana volveré a ver si me dan más información", aseguraba. Wilson Medrano, boliviano, que también tiene un hermano dentro del CIE, recibió la misma respuesta del centro. "Sólo nos han dicho que algunos están aislados, que tienen un poco de temperatura, pero nada más", contaba nervioso. "Quiero que alguien me explique cómo está mi hermano".

En los bancos donde los visitantes esperan durante horas para los cinco minutos que pueden compartir con sus familiares al día se hablaba ayer, sobre todo, de la gripe. De si un amigo que no llama estaría bien o si un marido, que ya tenía el billete para ser deportado, se habría recuperado ya de la fiebre que le rondaba el día anterior. Y el miedo se trasladaba inevitablemente a la gripe H1N1. "A fecha de hoy no hay ningún caso de gripe A en el CIE", recalcaba una portavoz policial a última hora de la tarde de ayer. Sobre cuántos son los afectados por "gripe estacional" y las medidas que se van a tomar con los aislados no quiso pronunciarse. Tampoco confirmó la información que recibieron algunos familiares de que no iban a realizarse deportaciones de los aislados en los próximos días. Varios internos relataban ayer que seguían llevándose a gente a la zona donde mantienen el aislamiento. "Serán unos 25 o 30", calculó uno de ellos. "Y a nosotros no nos dan mascarillas ni nada", añadió.

Algunos visitantes, como el ecuatoriano Carlos Ortiz, tuvieron suerte. Él fue uno de los que se habían quedado a las puertas el día anterior, pues su mujer estaba en la lista de los extranjeros separados del resto. Pero no se resignó y ayer volvía a guardar turno por si había alguna posibilidad de verla. Como no había lista de aislados y nadie les decía nada, se acercó a la entrada del centro cuando le llegó el turno. Y entró. Menos fortuna tuvo Juana, a la que la policía le aseguró que su familiar no contestaba a la llamada para acudir a verla. "Si sabe que vengo todos los días...", sospechaba. "Ahorita estoy muy preocupada porque no sé si está aislado, si está enfermo o no sé".

Miguel Ángel Marset y su amiga fueron los últimos del turno. Eran de los pocos que no habían oído hablar del aislamiento y la gripe. "Es la primera vez que venimos", contaban. Les sonó el móvil. Era su amigo, el interno. "Nos ha dicho que está aislado y que no puede recibir visitas", explicaron. Se quedaron sin verle. Cuando pidieron más información, les contestaron que es que ya había recibido otra visita esa tarde.

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