Gallardón fía su crédito político a la victoria de Madrid 16
"La prioridad de mi gobierno era conseguir los Juegos", admite el alcalde
Ha viajado por todo el mundo, ha aprendido idiomas, se ha puesto chaquetas y corbatas con la manita olímpica estampada, pins con aros... Ha conseguido 34 millones de euros, 11 de los cuales proceden del presupuesto municipal y los ha gastado durante tres años en hacer lucir el sueño olímpico. Su programa político y la mayoría de su energía los ha destinado a eso, a conseguir el 2 de octubre que Madrid organice los Juegos de 2016. Ahora, el mal sabor que ha dejado el informe de evaluación del COI ha acelerado la incógnita casi silogística surgida en boca de todos: ¿seguirá siendo alcalde de Madrid si no logra su objetivo?
Y Alberto Ruiz-Gallardón, como acostumbra, contestó a esa cuestión con circunloquios que no hicieron más que animar esa perenne sensación, a veces materializada, de que una gran decepción puede llevarle a abandonar su cargo. Y por una vez, la primera, aceptó especular sobre un escenario sin Juegos. "No oculto que uno en la vida se tiene que marcar prioridades, y yo desde luego se la marqué a mi Gobierno y a mí: conseguir los Juegos. Y pensé que es lo que más beneficiaría a los ciudadanos. Si no lo consiguiéramos, yo tendría que ser muy consciente de que lo que había considerado prioritario no habría sido capaz de alcanzarlo", dijo por la mañana en la cadena SER sin contestar a si seguiría o no siendo alcalde.
"Es posible que no supiéramos explicar todo lo bueno que tenemos", admitió
Zapatero telefoneó ayer al regidor para mostrar su pleno apoyo al proyecto
Más tarde, en rueda de prensa, matizó un poco y habló de sus compromisos adquiridos con el líder de su partido, Mariano Rajoy, a propósito "de su propuesta de encabezar la candidatura para el año 2011". Así que, a su críptica manera, eludiendo un claro sí o no, zanjó el asunto y dio a entender que seguirá.
En el entorno del alcalde nadie cree que vaya a abandonar. Sin embargo, es evidente que el proyecto que diseñó para sus años en la alcaldía tenía una duración de ocho años. Y si no llegan los Juegos a Madrid, tendrá que hacer un esfuerzo creativo para construir un programa electoral para una legislatura con todas las grandes obras terminadas y sin un duro en las arcas municipales.
Tampoco creen la mayoría de miembros de la dirección nacional del PP que tenga otra alternativa que permanecer en su puesto y optar a la reelección. La mejor opción, y en la que se trabaja, es que Mariano Rajoy gane las elecciones de 2012 y en el mejor de los casos se lleve a Gallardón a su Gobierno. Quién sabe si como vicepresidente.
Pero en lo que le ocupa ahora, el alcalde lucía ayer corbata olímpica, quizá por las prisas, un poco mal anudada. Y la decepción por el resultado era palpable. Caras largas y pocas ganas de cháchara con la prensa. Pero el esfuerzo por remontar y convencer de lo que en el fondo es cierto, que el informe no es tan malo, encomiable.
"Es posible que no supiéramos explicar todo lo bueno que tenemos. La comunicación que trasladamos pudo ser mejorable", concedió Gallardón. Pero sobre los tres aspectos que el COI lanzó sus dardos (la estructura organizativa, la confusión sobre la ley antidopaje y la financiación de dos de las sedes que quedan por construir), siguió con la misma tesis. Son observaciones corregibles y se mandarán las alegaciones correspondientes en el plazo de los próximos cinco días.
Más complicado puede ser modificar en un mes el estilo de las presentaciones que tan mal le han parecido al COI. Madrid se ha llevado la peor nota en el apartado de comunicación de su proyecto, de explicar por segunda vez en ocho años porque es capaz de organizar unos Juegos. Y Gallardón dice que llevan trabajando desde agosto en el guión de esa exposición. Y que "no se buscará la sorpresa de última hora porque los miembros del COI no son sensibles ni propicios" a eso. "Si no hay contenido, estamos hablando de fuegos artificiales", dijo, quizá pensando en la espectacular y seductora presentación que hizo la defectuosa candidatura de Río de Janeiro.
Sin embargo, asusta pensar que si el guión se trabaja desde agosto, cuando no se conocía la pésima nota obtenida en ese apartado, la personalidad y la autoría pueden ser las mismas que en mayo. Pero no contestó el alcalde sobre la posibilidad de contratar a algún especialista externo a la candidatura.
La presentación de Copenhague, sin embargo, cuenta con el añadido de que los 100 miembros del COI (hay 107, pero siete tienen relación directa con las candidatas y no pueden intervenir) están autorizados para realizar preguntas sobre la intervención. Un examen muy duro, teniendo en cuenta que la última vez, el príncipe Alberto de Mónaco inquirió a la candidatura madrileña por los problemas de terrorismo y el último atentado de ETA en las inmediaciones del futuro estadio olímpico.
Para que no haya dudas, ayer el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, telefoneó al alcalde para mostrar su "apoyo pleno" y anunciarle que "redoblarán los esfuerzos" para superar el examen.
Por si acaso, ya se habla de que aspirar a los Juegos ya ha sido un beneficio para Madrid. Económico y de promoción. Pero sobre todo, para la unidad de un país que tiende a "correr por caminos distintos", según Gallardón. Una unidad en la que la presidenta Esperanza Aguirre plantó ayer una pequeña grieta.
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