El PP aparca la batalla por Álava y facilita el acercamiento de PSE y PNV

El PP vasco, que despidió el curso politico en julio con una ofensiva sobre el PSE-EE para tratar de arrancar su apoyo al relevo del PNV en la Diputación alavesa, ha decidido ahora pasar a un segundo plano esa cuestión. "Vamos a dedicarnos única y exclusivamente a la crisis económica", anunció ayer el presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti. "Seguiremos defendiendo [la moción] cada día pero no lo vamos a mantener como una de nuestras prioridades", añadió Iñaki Oyarzábal, su número dos. Esta decisión del PP vasco tiene importantes consecuencias en la política vasca y nacional.

La Diputación de Álava, gobernada por el PNV -que es allí la tercera fuerza política, por detrás de PP y PSE-, se había convertido en una patata caliente para el lehendakari Patxi López. El PNV gobierna Álava en minoría, y el PP ha amagado desde mayo -cuando se formó el Gobierno presidido por López con el apoyo del PP- con presentar una moción de censura para, con el apoyo de los socialistas, desbancar a los nacionalistas.

Los socialistas vascos han sido reacios a la moción de censura porque, según sostienen, eso pulverizaría la política de López, que ha hecho del no frentismo y del entendimiento con todos los partidos, incluido el PNV, una de sus banderas. En la decisión del PP vasco de aparcar la moción ha contado su apuesta por no tensar las relaciones con López, con cuya política antiterrorista, clave en Euskadi, se identifican.

Al relegar el PP la cuestión alavesa, desaparece del camino un elemento de roce entre los populares y el Gobierno de López. Pero también hay una clara repercusión nacional, que puede tener su reflejo inmediato en la negociación presupuestaria.

El PNV y su portavoz en el Congreso, Josu Erkoreka, han anunciado su intención de negociar los Presupuestos con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y suavizar la política de confrontación que inauguró en primavera, tras ser desplazado del Ejecutivo vasco. La política del PNV contribuyó a complicar aún más la situación precaria del Gobierno socialista en el Congreso.

Si el PP vasco y el PSE hubieran optado por echar al PNV de la Diputación alavesa, los peneuvistas hubieran roto la relación con los socialistas de modo irreversible y hubieran pasado a la ofensiva contra Zapatero en el Congreso, igual que en primavera. Esta actitud beneficiaba indirectamente al PP en el Congreso, al aumentar el cerco sobre el presidente. De hecho el PP apoyó hace unos meses varias propuestas del PNV contra el Gobierno, como la reducción de ministerios. De todos modos, en la decisión del PP vasco de no presentar la moción contra el PNV en Álava cuenta, también, su interés en distender las relaciones con los peneuvistas en Euskadi y en Madrid.