Reducir los cargos públicos a la mitad
Ahora que el señor Zapatero propone dos medidas tan impopulares como congelar el sueldo a los funcionarios y subir los impuestos, debería mirar un poco para casa y adoptar una medida que sería tremendamente popular: reducir a la mitad, al menos, los cargos públicos.
La Administración se ha convertido en las últimas décadas en una gran empresa de colocación de amigotes y familiares, colegas de partido, sindicalistas silenciados, viejas glorias, creándose una infinidad de cargos de alta remuneración denominados de libre designación, en lenguaje más coloquial "a dedo". Consejeros de consejeros, gerentes de empresas públicas, presidentes de consorcios, directores generales del arte floral, secretarios, subsecretarios, asesores, jefes de prensa, etcétera; tanta gente, que en algunos departamentos de la Administración hay ya más jefes que indios.
Las consejerías se multiplican en las comunidades autónomas (15 en Andalucía), las Diputaciones se llenan de departamentos y algunos ministerios, sin competencias alguna, siguen manteniendo una plantilla de altos cargos en Madrid y periferia, que tienen que inventarse comités varios para justificar su existencia. La escasa preparación de gran parte de estos altos cargos conlleva una corte de asesores que campean a sus anchas por los pasillos públicos, sin haber aprobado en su vida una oposición.
¿Alguien se va a atrever a meter mano a esta situación alguna vez? Me temo que no, son muchos ya los que viven de la sopa boba. Mientras tanto, todos los españoles a contribuir al mantenimiento de esta enorme tropa de mandos.
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