El PNV confía en arrancar al PSE un "pacto de no agresión" presupuestaria
Los nacionalistas extienden su oferta de acuerdo a "los próximos ejercicios"
El PNV sigue considerando prioritario alcanzar un gran acuerdo presupuestario y fiscal en todas las instituciones vascas para hacer frente a la crisis. Ése fue su mensaje oficial y principal ayer tras la primera reunión de su ejecutiva nacional, el EBB, después de las vacaciones de verano. Los peneuvistas avanzaron incluso un paso al extender su predisposición más allá del año 2010 y referirla a "los próximos ejercicios". La formación que preside Iñigo Urkullu mantiene así el acento puesto en el mismo punto en que lo dejó antes del verano: la lucha contra la crisis y la estabilidad institucional y presupuestaria, en lo que ya parece algo más que una disputa por la iniciativa política frente al Gobierno.
La ejecutiva aplaza por ahora convocar una segunda ronda de negociaciones
El PNV hablará sobre las cuentas del Estado con sus socios de Galeuscat
El PNV está impelido, al margen del grado de convicción que ponga en sus iniciativas, por sus propias necesidades y las de las instituciones que gobierna, en particular las tres diputaciones, que dirige en minoría y que afrontan idénticas o mayores dificultades económicas que el Ejecutivo que preside Patxi López.
De puertas para adentro, el PNV no cree, sin embargo, que ese gran pacto vaya a poder materializarse. Por un lado, el Gobierno no necesita de sus votos para aprobar los presupuestos vascos para 2010 y, por otro, sumarse a socialistas y populares en apoyo a las cuentas le dejaría sin margen para hacer oposición y seguir desautorizando la "inacción" del Gabinete. Pero sí persigue como objetivo "un pacto de no agresión" en el terreno presupuestario y fiscal entre el Gobierno y las tres diputaciones.
Tal es el lugar más optimista de llegada, a juicio de miembros de la ejecutiva peneuvista, de la propuesta que presentó a los demás partidos en julio y que ayer indicó en un comunicado hecho público tras la cita donostiarra que "volverá a poner encima de la mesa". En todo caso, no lo hizo ayer. La ejecutiva decidió guardar para mejor momento la convocatoria de una segunda ronda de reuniones con los demás partidos en torno a su propuesta. Ello parece indicar una preferencia por mantener antes contactos discretos en los que los interlocutores puedan poner negro sobre blanco las intenciones de cada cual.
Dirigentes cualificados del partido admiten que es muy probable que las cosas "no den para más". Y no sería poco, una vez que el PNV ha asumido que el acuerdo entre socialistas y populares vuelve prescindible su apoyo a las cuentas del Gobierno. Sin embargo, sus tres diputados generales necesitan imperiosamente el respaldo de otros grupos para sacar adelante las suyas.
En el discurso oficial, lo que el PNV pide a López es que "asuma riesgos". La falta de dinero en las arcas públicas va a forzar a todos a "tocar muchas cosas". "Quien quiere el liderazgo tiene que asumir los riesgos y, si lo hace, lanzando propuestas, no nos dolerán prendas en entrar con seriedad a ellas", aseguró a EL PAÍS un miembro del EBB. El PNV quiere ver cómo se resuelven en Euskadi las contradicciones de modelo económico entre socialistas y populares. Por eso quiere escuchar propuestas concretas del lehendakari.
Urkullu tiene buena parte de sus expectativas puestas fuera de Euskadi: en el valor de los votos de su grupo en el Congreso, según la situación en que se vea finalmente el Gobierno central para sacar adelante sus propias cuentas. De momento, prepara un intecambio de impresiones con sus socios de Galeuscat, CiU y el BNG.
Antes, casi de inmediato, sus diputados en Madrid harán los primeros tanteos ante el PSOE y el Ejecutivo de Zapatero para ver cómo han recibido ambos la predisposición ya mostrada públicamente por el PNV de negociar los Presupuestos Generales del Estado. De momento, aseguran, han tenido la callada por respuesta.
El análisis que realiza el partido de Urkullu es que el buen clima y situación aritmética en que colocó al Gobierno central el acuerdo sobre la financiación autonómica se va a ver enturbiado con la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto catalán y eso "puede cambiar muchas cosas".
EA defiende subir impuestos
La ejecutiva de Eusko Alkartasuna (EA), reunida ayer en San Sebastián por primera vez tras las vacaciones, defiende subir los impuestos de manera temporal y selectiva "a aquellas personas y sociedades que disponen de mayores beneficios". El objetivo sería destinar los ingresos adicionales obtenidos por esa vía a "gasto social", según indicó la ejecutiva en un comunicado.
La actuación fiscal para responder a la actual situación económica y presupuestaria se basaría así "en criterios de progresividad y solidaridad", sostiene, al tiempo que reclama al Gobierno que preside Patxi López un "incremento" del gasto social para dar respuesta a quienes pasan dificultades por la crisis.
EA defenderá que la inversión pública se focalice en infraestructuras sociales, "de modo que se logre el doble objetivo de crear empleo estable y reforzar los servicios sociales". La formación nacionalista recuerda al Gobierno central "y al PSE" que "en Euskal Herria las diputaciones forales y el Gobierno de Nafarroa tienen plena capacidad fiscal en imposición directa". "Las decisiones las tomamos aquí", indicó el partido que preside Pello Urizar.
Respecto a su reciente escisión de la que ha nacido Hamaikabat, EA ha nombrado a su dirigente Santiago Merino como su representante en la Comisión Antitransfuguismo, para que defienda allí la reclamación de que se trate a los militantes de la nueva formación "como lo que son, tránsfugas que se han apropiado de unos cargos que los votantes dieron a Eusko Alkartasuna".
Crisis y "proyecto nacional"
La ejecutiva del PNV se limitó ayer a hacer público un comunicado sin que compareciese ante los periodistas ninguno de sus dirigentes. El texto señala que el curso político que se inicia "va a estar marcado por la crisis económica y por las medidas que se deben articular y poner en marcha desde las instituciones".
El partido de Iñigo Urkullu critica la "improvisación" del Gobierno central y el "seguidismo del actual Gobierno vasco de las medidas propuestas por Madrid". Tan prioritario como el acuerdo en torno a esas medidas entre las instituciones vascas considera "el desarrollo de un marco estatutario que permita asumir todas las competencias" pendientes.
A juicio del PNV, Euskadi necesita "ahora más que nunca" fortalecer todas las instituciones de su autogobierno y contar con todas las herramientas políticas a su alcance, para "afrontar con garantías los próximos meses".
La ejecutiva anuncia también que "en los próximos meses" procederá a plasmar "un proyecto social y nacional para Euskadi". Ese anuncio parece ir en consonancia con la alusión realizada por Urkullu el viernes pasado en su mitin en Zarautz. Allí dijo que el PSE no se acuerda de su compromiso de más autogobierno y aseguró que "lo van a tener encima de la mesa". "Lo decimos con claridad: van a tener una propuesta política", resaltó. Sin embargo, ni Urkullu en el mitin ni el comunicado de la ejecutiva de ayer van más allá de pedir que se complete el Estatuto.
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