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Reportaje:Días de diversión

200 sillas vacías en Llodio

El grupo que reclama la igualdad en la comida de la Cofradía de San Roque pide el fin de las "fiestas excluyentes"

En medio del bullicio del último domingo de las fiestas de San Roque, mientras los vecinos de Llodio se repartían entre los que disfrutaban del encierro y las vaquillas y el poteo por el centro de la localidad, un grupo de jóvenes colocó varias filas de sillas a las puertas del Ayuntamiento. Nadie se sentó en ellas. Permanecieron vacías mientras dos portavoces de un grupo que pide el fin de la exclusión de las mujeres en la comida de la Cofradía de San Roque leían un comunicado de protesta contra las normas de hace cuatro siglos que limitan el festejo a los hombres. Poco después, comenzaba con normalidad absoluta la comida de los cofrades.

"No queremos unas fiestas excluyentes", clamaron las portavoces. Tras ellas, las cerca de 200 sillas vacías simbolizaban el espacio que debía estar ocupado por las mujeres en la comida que los 400 cofrades de San Roque estaban a punto de comenzar, siguiendo al pie de la letra la tradición, en el pórtico de la iglesia de San Pedro de Lamuza.

Los 400 cofrades celebraron la comida anual con total normalidad

La movilización fue apoyada por 60 personas, hombres y mujeres, de diferentes edadades, que permanecieron de pie tras las sillas vacías. "No somos un colectivo feminista. Somos hombres y mujeres de Llodio que rechazamos la exclusión de las mujees de un espacio público", señalaron las portavoces. Ni permitieron preguntas tras la lectura del comunicado, ni quisieron identificarse. "Apostamos por comidas populares, no vetadas, no excluyentes", añadieron. Hablaron sólo para los medios de comunicación. La plaza, un espacio peatonal en la que también se encuentra la iglesia de San Pedro de Lanuza, se hallaba llena de ciudadanos que ignoraron por completo el acto.

Poco después de las dos de la tarde, los 400 cofrades se sentaban a la mesa. La llamada de atención del Ararteko y de la Defensoría de la Igualdad para que concluya la exclusión de las mujeres de la comida, no cambió el ambiente, pese a que ha pasado de ser el acto central de último día de las fiestas de la localidad a ser eliminado del programa oficial.

La polémica no desencadenó ausencias significativas a la comida. Como estaba previsto no acudió el ex lehendakari Juan José Ibarretxe, miembro de la cofradía, ni el alcalde de la localidad, el peneuvista Jon Karla Menoyo. Los asistentes disfrutaron de la comida "como ha sido habitual", señaló uno de los participantes. Al término de la reunión en algunos grupos se abordó la adecuación de los estatutos de la cofradía a la ley de Igualdad, "en términos afables". El plazo para adecuar la tradición a la legalidad acaba en 2010.

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