Lo que ha cambiado en un año

El fuerte contraste entre el inicio del actual curso político y el del año pasado resulta por sí mismo altamente ilustrativo del cambio abierto en Euskadi con el relevo en el Gobierno. Hace mañana un año, el anterior lehendakari, Juan José Ibarretxe, estaba anunciando públicamente su intención de personarse, junto con su Gobierno, ante el Tribunal de Estrasburgo para presentar una demanda contra el Estado español por la declaración de inconstitucionalidad de su consulta -antes aún del pronunciamiento del Tribunal Constitucional- y llamando, además, a la movilización ciudadana para acompañarse con una avalancha de "miles" de denuncias individuales ante el tribunal europeo. Ni una ni otra cosa llegaron a ocurrir finalmente, como también hubo de renunciar al adelanto electoral que había previsto.

El clima y las cuestiones de atención política han cambiado tanto que sorprende que de aquello haga tan sólo un año. Con el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, rebajando aquellas pretensiones y centrando a Ibarretxe en la crisis y la gestión, el PNV preparó una campaña electoral de la que borró la iniciativa.

Con la retirada de Ibarretxe, quien emprende ahora en Puerto Rico una serie de estancias de corta duración en distintas universidades iberoamericanas, el PNV ha podido cerrar una etapa de diez años y puede ahora también decidir sin condicionamientos insalvables el papel que desee jugar en la oposición. Desde allí, y pese al acuerdo preferente del Gobierno con el PP, e incluso si le mueve el intento de quebrarlo, lo cierto es que ha realizado una oferta de pacto global para la estabilidad presupuestaria en todas las instituciones vascas y mostrado también su predisposición a negociar su apoyo a los Presupuestos Generales del Estado.