Spa se planta

Emisarios del circuito de Spa Francorchamps mandaron esta semana a Bernie Ecclestone el mensaje de que no podían seguir pagando cada año la exigente cuota para organizar una de las carreras míticas del calendario. Le propusieron compartir el calendario con el circuito de Nurburgring, muy cercano a esta localidad belga, y albergar la carrera cada dos años. "No creo que ésta sea la solución", les respondió el máximo responsable de la F-1. "No me parece lógico que Spa no esté cada año en el programa". Los pilotos se mostraron alarmados ante la posibilidad de no poder correr en este trazado de siete kilómetros cada temporada.

El problema es que la mayor parte de los grandes premios europeos, aquellos que iniciaron el Mundial y que han edificado la historia de la F-1, están en peligro. La crisis económica les ha colocado en una situación desesperada. El público no acude, la caída en la venta de entradas ha sido espectacular en la mayoría de carreras. Y ésa es prácticamente su única fuente de ingresos para hacer frente a los costes de organización. Ecclestone lo sabe. Pero se niega a ceder.

La mayoría de carreras europeas deben pagar entre 15 y 20 millones de euros por los derechos de organización. Barcelona, la que menos paga, ronda los 13 millones. Valencia se sitúa en unos 18. Y a los organizadores no les salen los números. Francia ha renunciado, Gran Bretaña hace años que está en la cuerda floja, Valencia ha pedido una rebaja, Nurburgring y Hockenheim (Alemania) han anunciado que no pueden albergar una carrera cada año. Y Spa se ha sumado a la crisis.

Para Ecclestone resulta ya difícil confeccionar un calendario para 2010 porque, además, China amenaza con dejarlo, India dice que no hay dinero, Canadá no lo tiene claro y EE UU no parece interesado. Ecclestone deberá dar un vuelco al timón: o bajar las cuotas o bajar el precio de las entradas.