El grito de los desheredados
Force India y Toyota, amenazados por la crisis, logran la 'pole' en Spa, donde Alonso saldrá 13º
Las sonrisas y los abrazos de los triunfadores eran la muestra más evidente de la alegría que se vivía ayer en Force India y en Toyota. Sin embargo, lo que estas expresiones escondían era el grito desesperado de los desheredados. Equipos como el de Vijay Mallya, que entraron en la F-1 con la pompa de los nuevos ricos, pero que ahora, agobiados por las deudas, se plantean su continuidad; o como Toyota, un clásico que ha pasado de ser la escudería que más invirtió a no tener aprobado el próximo presupuesto, necesitaban un revulsivo, un aliento que les impulsara a seguir. Y Giancarlo Fisichella y Jarno Trulli se lo concedieron ayer copando la primera línea de la parrilla de salida en el mítico circuito de Spa Francorchamps.
¿A dónde llevará eso? Probablemente a ninguna parte. Ni Force India obtendrá el dinero para pagar las deudas con Ferrari y Mercedes, ni Toyota recuperará el crédito. Los dos equipos seguirán debatiendo su incierto futuro, mientras sus pilotos, agasajados ayer por sus seguidores, viven sus últimos días de gloria. Los dos partieron en la clasificación con el depósito vacío (648 kilos y 656 kilos— y deberán repostar pronto. Probablemente pierdan ahí parte de sus opciones.
Vijay Mallya miró ayer con orgullo a su primer piloto. A sus 37 años Fisichella logró la única pole en la historia del equipo, la cuarta en su palmarés: la última databa de 2006. Pero eso no hace olvidar que en Alemania —a mitad de julio— la policía entró en el pabellón de Force India para incautar material por valor de 500.000 euros, la deuda que estimada con el Paddock Club, lugar al que los equipos llevan a sus invitados. Ecclestone acudió veloz para frenar el escándalo. En Valencia la situación se resolvió ya en la aduana.
Force India mantiene una deuda de unos 8 millones de euros. Y se apunta hacia la posible venta del equipo. Pero mientras que Mallya exige 130 millones de euros, el mercado no ofrece más que 88.
En Toyota las cosas están algo mejor. El equipo no quiere renovar aún a Trulli y le ha anunciado que no lo hará hasta el final de la temporada. La crisis afecta a la fábrica japonesa y el presupuesto será reducido drásticamente. Peor todavía está BMW Sauber, el coche del tercer hombre en la parrilla de salida, Nick Heidfeld, que ya anunciado su retirada.
Los grandes nombres no brillaron. Fue el caso de Fernando Alonso, relegado a la peor clasificación del año, el 13º puesto, a pesar de haber hecho una "vuelta impecable" que le permitió comprobar que el coche no daba para más. O Lewis Hamilton, ganador en Hungría y segundo en Valencia; o Jenson Button, líder del Mundial. Ninguno de ellos pasó la Q2. Jaume Alguersuari (17º) se quedó de nuevo en la Q1, al igual que Luca Badoer, el único piloto de la historia que ha dejado su Ferrari dos veces consecutivas en la cola del pelotón.
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