"Me esperaba más elegancia", se lamenta el holandés
Con la llegada de Fabio Capello se desmanteló el clan de los brasileños del Madrid. Ahora, con la de Florentino Pérez, y por razones más económicas que futbolísticas, se está desmantelando el clan de los holandeses. "Son los más fiables, los que llevan la vida más ordenada", decía justo hace un año Pedja Mijatovic. De los cinco orange quedan tres: Drenthe, Van Nistelrooy y Van der Vaart. Pero este último, al que Manuel Pellegrini le dijo en su día que no tenía calidad suficiente y que había overbooking en su sitio, puede ser el próximo en salir. Robben y Sneijder lo hicieron ayer. El primero tomó un avión rumbo a Múnich a las tres de la tarde. El segundo, otro a la misma hora con destino a Milán.
Ambos se han quejado del trato recibido en el Madrid. Sneijder, que llegó en el verano de 2007 por 27 millones de euros y un contrato de cinco temporadas, comentó a la prensa holandesa, antes de la cena de despedida con sus compañeros, que no se esperaba ese comportamiento por parte del club. "Ha sido una cosa muy rara. El míster me dijo que contaba conmigo, pero el presidente se había gastado 250 millones de euros y necesitaba venderme porque ya no era prioritario. Me han tratado muy mal", confesó recordando que le habían retirado el dorsal y la taquilla en el Bernabéu una semana antes de que se cerrara su traspaso.
Robben fue incluso menos sutil. Desmintió que marcharse del Madrid fuera una idea de su padre. "Que quede claro que yo quería quedarme. Todas las cosas que se han filtrado son falsas. Cuando las decisiones se toman en los despachos, los jugadores tenemos muy poco que hacer. Querían venderme y punto. De un club tan grande como el Madrid me esperaba más elegancia", lamentó.
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