Condenado un cura que despidió a su asistenta por sufrir una lesión

El párroco de Vilarreme (O Saviñao, Lugo) deberá readmitir a su empleada de hogar o indemnizarla tras ser condenado por el Juzgado de lo Social número 2 de Lugo como responsable de un despido improcedente. El sacerdote contrató en octubre de 2006 de forma verbal a una mujer para cuidar a su madre y realizar las labores de la casa, pero no le hizo contrato ni la dio alta en la Seguridad Social.

Además, el cura la despidió primero de palabra y después a través de una carta escrita de su puño y letra el pasado 30 de marzo, cuando la empleada presentó una baja por problemas en el tobillo. Al contener la misiva el cuño y la firma del contratante, la relación laboral quedó probada en el juicio.

El párroco de Vilarreme no recurrió la sentencia que da la razón a la empleada. La resolución judicial se considera ya firme por no haberse presentado recurso contra ella en tiempo y forma. La indemnización que debe recibir la empleada del hogar asciende a 4.100 euros al sumar los 3.500 euros correspondientes a la indemnización y 600 más por los salarios de tramitación. A esta cantidad deben añadirse las cuotas pendientes con la Seguridad Social, con lo que el párroco tendrá que abonar en total más de 6.000 euros.

El secretario comarcal de UGT en la comarca de Terra de Lemos, Mario Docasar, solicitó al obispo de Lugo, Alfonso Carrasco Rouco, que "llame al orden" a este párroco. El sindicalista censuró que aún "haya curas que creen que pueden hacer lo que quieran".