"El octavo puesto es lo máximo"
Alonso ve escaparse sus posibilidades mientras los McLaren se muestran intratables
Si alguien prefirió esperar a saber en qué posición iba a arrancar Fernando Alonso en el Gran Premio de Europa de fórmula 1 antes de comprar su entrada, lo más probable es que vea la carrera espatarrado en el sofá de su casa. Otra jornada de ensayos difícil de interpretar la del viernes, tan engañosa que colocó al español en el lugar más alto de la tabla de tiempos, una plaza ficticia si se atiende a la octava posición que ocupará finalmente en la parrilla de salida. En Renault no acaban de dar con la tecla precisa que haga que el R29 funcione y Alonso no está para muchas fiestas. Los equipos tenían prohibido tocar los bólidos durante las minivacaciones de verano, con lo que el panorama es idéntico al que había justo antes del descanso con una única excepción: McLaren ha vuelto, está confirmado. Lewis Hamilton estrenó ayer su casillero de pole position de esta temporada mientras que su compañero, Heikki Kovalainen, le flanqueará en la primera fila. Los Brawn saldrán el tercero (Barrichello) y el quinto (Button), los Red Bull lo harán el cuarto (Vettel) y el noveno (Webber) y Jaume Alguersuari (Toro Rosso) lo hará el penúltimo.
Una vez bajado del monoplaza, Alonso se cambió de ropa y atendió a los medios de comunicación. Más que las palabras que dijo destacó cómo las dijo, muy serio y con la cabeza gacha, frustrado. "La sesión de clasificación es la que te permite ver cuál es el rendimiento real del coche", reflexionó, "y el límite de este coche está en el octavo puesto". Cuando se le preguntó acerca de la pole obtenida en el Gran Premio de Hungría, se remitió a la carga de carburante de unos y otros. "Allí tenía cinco vueltas menos de gasolina que los demás. Si no, habría salido el quinto", argumentó el ovetense, que se dio de cabeza con la realidad nada más salir a la pista. "Antes de la clasificación esperaba estar más arriba, pero tras la Q1 ya me he dado cuenta de que el mejor puesto al que podía aspirar era el octavo. No tenemos una máquina espacial", zanjó Alonso.
"El coche ha ido estupendamente", certificó Hamilton acerca del McLaren. La victoria que se apuntó en Hungaroring no fue fruto de la casualidad ni tampoco de unas circunstancias de carreras anómalas como ocurriese otras veces. Aquel triunfo fue tan real como ahora lo es el paso adelante que ha dado el MP4/24. Los mecánicos de la escudería británica han tardado más de medio curso en configurar un vehículo capaz de pelearse con los Brawn y los Red Bull. Ya lo tienen. "Tras Hungría, sabíamos que podíamos ser competitivos, pero no sé si tanto", destacó el actual campeón del mundo, que se llevó la pole tras perderse la mayor parte de la segunda sesión del viernes (tuvo un topetazo, rompió un alerón y en McLaren no tenían recambio) y también la de ayer por la mañana (por el río de aceite que dejó el Red Bull de Vettel).
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