La remodelación pendiente
Camps, erosionado por el 'caso Gürtel', estudia cómo rediseñar su gobierno
La inesperada muerte del consejero de Agua y Medio Ambiente José Ramón García Antón el pasado 11 de agosto ha vuelto a colocar al presidente de la Generalitat, Francisco Camps, ante lo inevitable: la remodelación de su equipo de gobierno. Erosionado políticamente por el caso Gürtel, cuya parte valenciana está archivada por el TSJ y recurrida ante el Tribunal Supremo por la Fiscalía y el PSPV, el jefe del Consell se enfrenta a un serio dilema: realizar una remodelación de mínimos o de máximos. Con esa decisión tendrá que afrontar la recta final de su segunda legislatura.
El pulso depende en exclusiva del presidente de la Generalitat y, previsiblemente, se resolverá esta semana entrante ya que el primer pleno del Consell tras las vacaciones está previsto para el 28 de agosto.
El entorno del jefe del Consell cree que los cambios serán los justos
La efervescente carrera política de Camps sufrió un quiebro el 5 de marzo pasado cuando un auto del juzgado de instrucción número 5 de la Audiencia Nacional apuntó su posible implicación por un delito de cohecho. Camps quedó petrificado por la imputación y llegó a confesar a sus allegados su incapacidad para reaccionar ante una situación que nunca había imaginado.
El presidente de la Generalitat con el respaldo de la más amplia mayoría absoluta conocida hasta la fecha en las Cortes y presidente del PP de la Comunidad Valenciana ha vivido durante seis largos meses más pendiente de sus problemas con la justicia que de la gestión de su gobierno. Y huyendo de los medios en los que, inevitablemente, aparecía día tras día. No hay columnista ni comentarista político en España que no haya hecho alguna referencia a trajes, bigotes o amiguitos del alma durante el pasado semestre.
La hipotética carrera en la política nacional del barón valenciano del PP quedó frustrada para siempre. Y los problemas domésticos permanecen enquistados mientras la actividad económica cae de forma vertiginosa. Ciudadanos con derecho a las ayudas públicas que garantiza la ley de dependencia no reciben ninguna prestación. Los tribunales han tumbado la orden para impartir Educación para la Ciudadanía en inglés. Los empresarios se quejan de los retrasos de la Administración valenciana en los pagos a proveedores. El paro se dispara...
El presidente volvió a respirar el pasado 3 de agosto cuando el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana archiva la causa por supuesto cohecho. Ahora a dos años para las próximas elecciones autonómicas, Camps necesita recuperar la iniciativa política y algunos de sus colaboradores le ha propuesto que de un auténtico mazazo. Recortar el Consell. Renovar el partido. Dignificar las Cortes. Todo a la vez. Disfruta de todo el poder institucional. Puede jugar incluso con las cajas de ahorro, cuyos consejos se renuevan antes de fin de año. Pero todas las fuentes consultadas, afines al presidente, se hacen la misma pregunta. ¿Tendrá los arrestos para hacerlo? La mayoría cree que no.
Sus amigos le han hecho ver al presidente de la Generalitat tres frentes abiertos. El primero de ellos es el propio Consell. Las relaciones entre el vicepresidente político, Vicente Rambla, y el vicepresidente económico, Gerardo Camps, nunca han sido buenas. Y eso se nota en la coordinación entre las áreas política y económica. La crisis, además, aconseja reducir el Consell y dotar al área económica de una potencia capaz de trasladar, si no dinero, al menos cierta ilusión.
En este contexto, el tercer vicepresidente, Juan Cotino, suspira por dejar el área de Bienestar Social. No tiene ningún interés con lidiar con el creciente descontento de los dependientes que tienen derecho a una prestación que no reciben.
El desgaste del resto de consejeros es desigual, pero el más quemado es el consejero de Educación, Alejandro Font de Mora, que tras más de cinco años al frente de esa cartera tiene en armas a la práctica totalidad de la comunidad educativa.
La remodelación, según fuentes del PP, también podría ser aprovechada para oxigenar el partido. La pieza clave, como en otras hipotéticas remodelaciones es el secretario general y también portavoz del Grupo Popular en las Cortes Valencianas, Ricardo Costa. Aunque en el cambio de gobierno Camps también puede tener en cuenta otras variables la búsqueda de un acuerdo con el sector zaplanista en la provincia de Alicante o el reforzamiento de liderazgos alternativos a Carlos Fabra en la provincia de Castellón.
En todo caso, si Camps aborda una remodelación amplia puede volver a intentar jugar con la presidencia de las Cortes -lo que implicaría la vuelta de Milagrosa Martínez al Consell-, lo que le permitiría mejorar la imagen de una Cámara cuyos debates han desbordado a la presidenta.
Una crisis con muchas variables
- Camps está obligado a cubrir la baja dejada por la defunción de José Ramón García Antón en la cartera de Medio Ambiente.
- La figura de Ricardo Costa, secretario general del PP y portavoz en las Cortes Valencianas, es la rótula sobre la que pivotaría una remodelación amplia que afecte al partido y al grupo parlamentario. El archivo del 'caso Camps' refuerza las posibilidades de Costa de ir al Consell.
- Las carteras del área económica, asfixiadas por la situación financiera de la Generalitat, requieren de un nuevo impulso político que podría ir acompañado de un gobierno más reducido y austero por parte de Camps.
- Los departamentos sociales inician el curso con importantes retos: en Bienestar Social está por resolver el problema de los dependientes; Educación ha roto los puentes con la mayoría de colectivos y Sanidad tendrá que afrontar la pandemia de la gripe A.
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