17 bidones con 330 kilos de explosivo

Faltaba el grueso del explosivo y ayer fue encontrado. El escondite etarra de Minerve ocultaba 17 bidones, de los que 14 escondían entre 20 y 25 kilos de nitrato de amonio granulado cada uno, es decir, una cantidad de explosivo de entre 330 y 350 kilos. Pero es que, además, tenían 12 kilos de pentrita (un potenciador de la explosión), mientras que el zulo hallado ayer en Ferrals-les-Montagne tenía otros ocho kilos de este material. Los siete zulos, por tanto, buscaban dejar a salvo parte del material en caso de que alguno fuera descubierto. Sin embargo, el de Minerve contenía la dotación completa, es decir, todo el material necesario para montar las lapas, incluidas las ampollas de mercurio que cierran los circuitos explosivos por el movimiento sinuoso de este mineral.

Pero lo que más ha llamado la atención a los investigadores es cómo estaban situados a lo largo de la frontera pirenaica y, también, que sus encargados estuvieran viviendo a 500 kilómetros, en los Alpes. La situación de los escondrijos apunta a que estaban dispuestos para eventuales entregas de material a los terroristas que iban a penetrar en España, a fin de que corrieran los menores riesgos posibles en territorio francés.

Lo incautado en estos días supone la requisa de media tonelada de material explosivo (sumando los 100 kilos localizados el primer día), ya muy cerca de la cantidad requisada en todo 2008.