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Las fiestas llegan a Sants con el reto de mantener el éxito de las de Gràcia

Los vecinos de Sants ultimaban ayer los decorados de sus calles mientras los últimos acordes sonaban en las de Gràcia. Los primeros tomarán esta tarde el relevo de la hermana mayor de los festejos veraniegos en Barcelona, que en este agosto de crisis y vacaciones anuladas para muchos están resultando especialmente liberadores. Y lo harán con un reto: mantener el listón alto que ha dejado Gràcia. Allí, los vecinos lograron recuperar sus calles de las masas etilizadas que amenazaron con empañar, en pasadas ediciones, una jarana que esta vez ha dominado la urbanidad.

En Sants, por lo pronto, habrá un espacio que faltará estas fiestas: el parque de la Espanya Industrial. No se repetirá la polémica que protagonizó el año pasado el lugar, escenario de los actos unitarios, que los organizadores de las fiestas alternativas reclamaban para sus conciertos. Este año está en obras, así que el pregón de esta tarde o la entrega de premios a las calles mejor decoradas del próximo lunes se trasladarán al pasaje del Vapor Vell y a los jardines de Can Mantega, respectivamente. Y los alternativos, alojados en su bastión de la plaza de Osca en 2008, seguirán allí hasta el fin de semana próximo, cuando celebrarán sus conciertos en el nuevo aparcamiento junto a la estación de autobuses de Sants.

También fallará la calle de Galileu, que sus vecinos no decorarán. Pero las calles engalanadas seguirán siendo una docena porque Santa Cecília se sube al carro. "Recuerdo sólo vagamente la última vez que se decoró", decía ayer Maria Àngels, que entonces, en 1946, tenía tres años y ahora suma 66, mientras recortaba allí botellas de colores.

Por ser los primerizos, estos vecinos no han notado la crisis. Otros sí lo han hecho. No como en Gràcia, donde apenas se apreció el recorte de 32.000 euros en las subvenciones de la Generalitat a un presupuesto que supera los 500.000 euros. En Sants, con la mitad de dinero disponible, la caída ha rondado el 20% o el 25%, según el presidente de la federación de calles, Ramon Tort."Una de las mejores fiestas mayores de la historia". Así calificó ayer el presidente de la Fundació Festes de Gràcia, Ricard Estruch, unas celebraciones que empezaron con el reto de potenciar las actividades de día frente a las nocturnas, e instaurar la urbanidad definitivamente. Misión cumplida: mientras las dos fiestas alternativas apagaban su música puntualmente a las dos y media y los okupas barrían las calles, los políticos que se pelearon por una bandera y por el cierre de una plaza protagonizaron los únicos hechos incívicos de los festejos.

Así que Estruch apuntó que evitar los destrozos que sufren algunos decorados constituye la tarea más urgente que deben afrontar las próximas ediciones. Algo más crítico fue Albert Gil, presidente de la calle de la Libertad: "Hemos fomentado un modelo de fiesta como el de Lloret. Hay que cambiarlo", lamentó ante una portada rota. A pesar de los matices, resumía el objetivo que persiguen todos, desde la fundación hasta los jóvenes de las fiestas alternativas.

Otra novedad fue la fundación que los vecinos constituyeron este año para que las empresas puedan desgravar si les donan dinero. En Sants, la federación ve lejano un paso similar. "Nos lo planteamos hace tan sólo dos meses", explicó Tort, su presidente.

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Los vecinos decoran la calle de Sta. Cecília tras 66 años sin hacerlo.
Los vecinos decoran la calle de Sta. Cecília tras 66 años sin hacerlo.G. BATTISTA

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