La industria frena los proyectos de piscifactorías por las dudas legales
14 granjas marinas están paralizadas a la espera de que se aclare el marco jurídico
Ninguna empresa sabe a qué atenerse y muy pocas se atreven a asegurar que se mantienen sus planes para construir 14 nuevas piscifactorías y ampliar otras seis. La normativa sobre acuicultura en Galicia, con un plan en vigor (el de diciembre de 2007, aprobado por el bipartito), que exige levantar nuevas granjas sobre suelo público, no concuerda con los criterios del nuevo Gobierno, más partidario de que sean las empresas las que desarrollen las piscifactorías en terrenos propios. La reciente sentencia del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, que anula una revisión realizada por el Gobierno anterior sobre el plan acuícola del Ejecutivo de Manuel Fraga, unida a las dificultades del sector, disuadido de invertir por la caída de los precios y por la pérdida progresiva de fondos europeos, enmarañan más los nuevos desarrollos industriales. Aun así, la conselleira do Mar, Rosa Quintana, se ha propuesto convencer a diez grupos para que retomen sus proyectos a cambio de ofrecerles estabilidad para sus inversiones.
Las firmas más perjudicadas son las que no tienen ninguna piscifactoría
Pero sin un nuevo plan que reorganice el sector, no lo harán. Al menos es lo que se deduce de las respuestas de Insuiña, Stolt Sea Farm, PYAC, Isidro de la Cal y Luso Hispana de Acuicultura. Durante el bipartito, sólo tres de los 23 proyectos presentados ha salido adelante, dos ampliaciones y una planta nueva para producción de oreja de mar en la ría de Muros a cargo de la empresa Galician Marine Aquaculture S.L.
Insuiña, filial de Pesanova, no despeja si retomará su piscifactoría de peces planos en Ribadeo. "Estamos a la espera de que se clarifique el plan. Es muy difícil hablar de qué vamos a hacer teniendo en cuenta que las condiciones han cambiado y han pasado años", comenta un portavoz.Pescanova tiene otro gran obstáculo: la facilidad para conseguir fondos de la Unión Europea se ha terminado con la puesta en marcha del Fondo Europeo de Pesca, que prima a las pequeñas y medianas empresas frente a las grandes.
Lo mismo le sucede al grupo Stolt Sea Farm, que con dos nuevas instalaciones en Camariñas y otras dos ampliaciones, no moverá ficha hasta que se reúna con la conselleira del Mar para saber "cuáles son sus planes", algo que ocurrirá en las próximas semanas. En estos años la multinacional noruega ha desarrollado nuevos proyectos en EE UU para el cultivo de esturión, y en Francia inauguró una planta de lenguado alternativa a la que había previsto en Porto do Son.
El grupo Isidro de la Cal, también a través de la firma Luso Hispana de Acuicultura, mantiene congelados, "aunque sin descartar", todos los proyectos de nuevas plantas de acuicultura. Son cuatro: en Oia-Orelludas, Ribeira-Laxe Brava, Camariñas-Camelle y Camariñas-Xandriña, y una ampliación en Valdoviño. Su vicepresidente ejecutivo, José Antonio Bretón, recuerda que siguen a la espera de que se establezcan las condiciones "definitivas" para el desarrollo de la acuicultura gallega.
No obstante, en este momento las firmas más perjudicadas, como reconoce el propio Bretón, son aquéllas que todavía no han metido el pie en el campo acuícola. Es el caso de Sociedad Anónima de Actividades Piscícolas y Acuicultura (PYAC), que asoma la cabeza con fuerza al firmar cinco proyectos respaldados por un grupo accionarial de capital gallego.
Con profesionales de larga experiencia en este ámbito, la empresa de nueva creación prevé un desembolso superior a 100 millones de euros para arrancar su actividad con una producción que crecerá de forma gradual hasta alcanzar las 5.500 toneladas de peces planos. Un volumen nada desdeñable habida cuenta de que hace apenas dos años ésa era la cantidad de rodaballo que producía Galicia de forma global. Con la vista puesta en la cría de rodaballo y lenguado, dispone de cuatro proyectos de nuevas granjas marinas y una sala de procesado que se ubicaría en Carballo.
Desde la asociación de productores de rodaballo Aroga se muestran optimistas ante la actitud de la nueva Consellería do Mar. Pese a que "ya no hay codazos" para levantar piscifactorías en la costa gallega, en palabras del gerente, Fernando Otero, nadie parece dispuesto a encerrar definitivamente en un cajón sus planes, si bien todo indica que las reformas y ampliaciones se impondrán a las nuevas construcciones dada la situación económica actual, que "nada tiene que ver con la de hace cuatro años". Y es que la inestabilidad jurídica se ha convertido en la bestia negra de un sector que reclama garantías.
El vaivén de criterios sobre la propiedad del suelo es uno de los aspectos que más divergencias despierta. En una tierra donde predomina el minifundio, la titularidad del terreno preciso para poner en marcha un polígono de estas características puede complicar el proyecto en fun ción de si es la Administración quien lo adquiere (como defendían los socialistas) o si lo hace el empresario (como mantiene el Partido Popular).
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