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Reportaje:Fase previa de la Liga de Campeones

El futbolista que nunca abandona

Pese a las graves lesiones sufridas, Cissé es la gran esperanza del Panathinaikos

Se rompió una pierna, la izquierda (fractura de tibia y peroné), allá en 2004. Volvió a jugar nueve meses después. Se rompió una pierna, la derecha, allá en 2006. Volvió a jugar siete meses después. Y jugando sigue.

Los vídeos de sus lesiones, y las correspondientes fotos, dieron la vuelta al mundo. "Imágenes de una extrema dureza", se puede aún leer en alguna famosa página de Internet. En uno de ellos, su pierna dañada colgaba casi en ángulo muerto. En 2004 defendía al Liverpool en un partido de la Premier League ante el Blackburn Rovers; en 2006, a Francia, en un encuentro amistoso frente a China en junio, un día antes de que su selección, con él en la nómina, digno rival de Trezeguet para ocupar el frente del ataque, viajara a Alemania para disputar la Copa del Mundo.

Con el Liverpool se rompió la pierna izquierda; con Francia, la derecha
"Es el delantero más rápido del mundo", le califica Sinama, ex compañero suyo

A Djibril Cissé, de 28 años, nacido en Arlés (Francia), le han sobrado motivos para amar el fútbol. Y para aborrecerlo. Lo sigue amando.

Llegó al Liverpool en junio de 2004 por expreso deseo de Rafa Benítez tras marcar 70 goles en 128 partidos de la Liga de su país con el Auxerre. En octubre sus huesos se partieron. No obstante, llegó a tiempo para jugar la final de la Champions, aquélla en la que el equipo inglés derrotó en los penaltis al Milan tras haber tenido el duelo virtualmente perdido. Fue suplente, pero apareció en el minuto 84 para disputar la prórroga y aplaudir la exhibición del portero checo Dudek en la suerte suprema.

En cualquier caso, no deslumbró en Anfield, pero Raymond Doménech contó con él para el Mundial de Alemania. Sin embargo, en junio de 2006 la entrada de un rival chino le dejó colgando la otra pierna, la buena, la derecha.

Hasta entonces había sido 37 veces internacional con Francia. Nada volvió a ser igual.

Pese a todo, Cissé es hoy la gran esperanza del Panathinaikos, el contrincante del Atlético en la fase previa de la Liga de Campeones. Por él, que la pasada temporada abandonó de nuevo Francia (Marsella) para probar suerte en Inglaterra (Sunderland), su nuevo club ha pagado ocho millones de euros, cifra récord en el mercado griego de este año. Por cuatro temporadas ha firmado, a razón de 2,5 millones de sueldo por cada una. Casi 3.000 aficionados fueron a recibirle al aeropuerto de Atenas. Él llegó con su pelo negro, o amarillo, o troquelado, o encrestado..., quién lo sabe si llevaba gorra.

Con él, en fin, intentará el Panathinaikos de Ten Cate, ex ayudante de Frank Rijkaard en el Barcelona, amargar la vida al Atlético.

Un Panathinaikos que, aparte de su público, el mismo público que intentó cegar con luces láser a Diego López en la pasada Champions, sin conseguirlo porque el Villarreal pasó la eliminatoria, y que enciende a su antojo en cada partido miles de bengalas que la UEFA prohíbe, enseña como mejores armas, ya que no al español Sarriegi, su líder en la defensa, que está sancionado, al brasileño Gilberto Silva y a los griegos Karagounis y Katsouranis en la medular y Salpingidis en el ataque. Amén de Cissé, claro, de quien el atlético Sinama, compañero suyo que fue en el Liverpool, dice: "Es el delantero más rápido del mundo".

Cissé, en un ejercicio.
Cissé, en un ejercicio.REUTERS

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