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Reportaje:Mundiales de atletismo en Berlín

El carácter de Eliseo

El aragonés de 35 años, con una ingle anestesiada, termina noveno en los 3.000m obstáculos

Carlos Arribas

Quod natura non dat, Salamanca non praestat, se lee en las pegatinas de los coches a la vera del Tormes. "Con el carácter ganador se nace", lo traduce Marta Domínguez, "lo tienes o no lo tienes. Las ganas de ganar nadie las puede enseñar". A Eliseo Martín, que disputó la final masculina de los 3.000 obstáculos con la ingle anestesiada después de haber sido infiltrada un par de veces en el último mes, el carácter ganador se le supone, ya que su bronce en el mundial de París 2003 era, hasta ayer, el último podio conseguido por un europeo en una prueba avasalladoramente dominada por los atletas kenianos. También el carácter luchador, pues si no, no se entiende que, cumplidos ya los 35 años y camino de los 36, figure como el último mohicano del obstáculo español, el último superviviente de una generación que convirtió a España en la África de Europa. Y también su astucia, pues así, como a él le gusta, yendo de atrás adelante, "recogiendo cadáveres" de atletas más lanzados consiguió terminar noveno. Lo que ya no se le pueden suponer son las fuerzas en un cuerpo machacado por años y años de traumática práctica atlética.

Todo combinado, consiguió, en una carrera durísima y muy veloz -el ganador, Ezekiel Kemboi, de Kenia, marcó 8m 0,43s, récord de los campeonatos, un tiempo de mitin con liebres- la mejor marca del año en España, 8m 16,51s y salir con la cabeza alta del recinto berlinés. En París, hace seis años, Eliseo, aragonés de Monzón (Huesca), quedó tercero, el jamón de un bocadillo que tenía arriba, segundo, al ganador de ayer, y debajo, cuarto, al francés Bouabdellah Tahri, quien a los 30 años progresa y progresa sin parar. Ayer, al bronce, conseguido tras ser el único que aguantó el increíble ritmo keniano y metiendo el pecho al final de un frenético sprint con el keniano Koech, unió una marca estratosférica para un atleta no keniano, 8m 1,18s, récord de Europa.

No participó en la final el marroquí Jamel Chatbi, quien llegaba con aspiraciones y con una gran marca, 8m 8,86s, con la que en julio mejoró su anterior plusmarca en nada menos que en 14s. Horas antes de la final, su federación anunció que había resultado positivo por clenbuterol en un control el 15 de agosto.

Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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