Nina Hagen, de la rabia punk a la pila bautismal
"Estoy agradecida y feliz, ayer fue mi bautizo", anunciaba ayer la cantante Nina Hagen en su web. A sus 54 años, el icono del movimiento punk decidió pasar por la pila bautismal en una iglesia evangélica en Schüttorf, al sur de Alemania. Tras varias decepciones en su búsqueda de la fe, la artista nacida en la República Democrática de Alemania ha encontrado su "paraíso espiritual", según el párroco.
Su imagen como sinónimo de la contracultura comenzó en Inglaterra en 1976, un año después formó The Nina Hagen Band y desde entonces ha grabado 15 discos con varias bandas, entonó la canción de la Expo 2000 y actualmente colabora con varios grupos alemanes. Contraria a las armas nucleares, está comprometida con multitud de causas. A principios de los ochenta defendía la masturbación femenina como forma de emancipación de la mujer y en el siglo XXI aboga por el amor a Jesús.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.