Una gestión con más luces que sombras
El fallecido consejero presentó la dimisión tras el accidente del metro
A un problema, una solución. Esta fue la máxima que guió la gestión de la carrera política del fallecido consejero José Ramón García Antón. Su formación técnica mediatizó su vis política, alejada de la demagogia partidista al uso en la mayoría de la clase política. Este sentido práctico de la res pública le aupó a la cabeza de los tecnócratas de la política valenciana de la transición. Y para muestra, dos botones: el nuevo sistema hídrico de La Marina Baixa para enterrar de por vida las restricciones de agua en Benidorm; y la nueva red de alcantarillado en Alicante para alejar el fantasma de la gota fría. Pero García Antón también fue político. Una cara menos brillante por su limitada oratoria y por su escaso afán de protagonismo, pero que cuenta con huellas explícitas: tras el accidente del metro de Valencia presentó su renuncia en varias ocasiones, pero en lo que no dimitió fue en su férrea defensa de los trasvases ante el Gobierno.
- Benidorm. García Antón estrenó su contacto con la Administración a muy temprana edad. Con apenas 25 años, recaló en el Ayuntamiento de Benidorm, hasta llegar al cargo de ingeniero jefe municipal. Allí, ya dio las primeras muestras de su apuesta por invertir sus conocimientos técnicos en soluciones prácticas. En 1978, en plena sequía, Benidorm sufrió las restricciones de agua más dramáticas de su historia. García Antón pergeñó el ciclo integral del agua de La Marina Baixa, con la conducción del Taibilla al Amadorio, como elemento innovador. Sus colaboradores en esta etapa, entre ellos el actual concejal de Hacienda de Benidorm, Francisco Savall, le definen como un hombre "preocupado por el interés general". Y añade otro calificativo: "Era un maestro, por capacidad didáctica".
- Obras antirriadas. De Benidorm, y tras un bienio en la Diputación de Alicante al frente del organismo Proaguas-Costablanca, García Antón pasó a la nómina del Consell de la mano del entonces presidente, Eduardo Zaplana. Su primer cargo fue el de director general de Obras Públicas. Desde este departamento, diseñó una infraestructura de calado, sobre todo para los vecinos alicantinos, desolados tras la brutal riada de septiembre de 1997: el plan antirriadas. La infraestructura renovó las redes de colectores subterráneos pluviales para prevenir avenidas. García Antón vio culminar la obra desde lo más alto de la consejería, después de sustituir al dimitido Luis Fernando Cartagena.
- Transporte público. Estrechos colaboradores de García Antón destacan que, en paralelo a su obsesión por solucionar las carencias hídricas de la Comunidad Valenciana, anidaba en él otra constante preocupación: el transporte público. En este apartado su gestión ha dejado un proyecto aplaudido por los alicantinos, la puesta en marcha del tranvía. Una iniciativa que comenzó con la mejora del tramo de la línea de costa y ha acabado por tejer una red que conecta los puntos neurálgicos de la capital. En Castellón, esta pasión por el transporte colectivo se refleja en la puesta en marcha del Turcar; y en Valencia con la ampliación y mejora de las líneas del metro.
- Accidente del metro. El 3 de julio de 2006 se convirtió en la fecha más negra para García Antón y en la primera sombra de su gestión. José Ramón García Antón no escondió su responsabilidad política por el accidente del metro de Valencia que se cobró 43 vidas y presentó su dimisión en varias ocasiones. El titular del Consell no la aceptó y en el siguiente mandato, le nombró consejero de Medio Ambiente Agua, Urbanismo y Vivienda.
- Agua. El agua fue el argumento principal de la última etapa de García Antón en el Consell. Acérrimo defensor de los trasvases, mantuvo un duro enfrentamiento en la fase final del mandato de la ministra del ramo, Cristina Narbona. Los caballos de batalla fueron la derogación del trasvase del Ebro y el cambio de trazado del Júcar-Vinalopó. El consejero hizo patente su cara más política, pero sin alcanzar el tremendismo de su antecesor, Esteban González Pons. "Sus dotes de estratega y su talante dialogante le permitían llegar a acuerdos", señala uno de sus colaboradores. Y en este plano, dejó otra muesca, el último pacto con el Gobierno para avanzar en el trasvase Júcar-Vinalopó. Y, también en el tema del agua, lega otra aportación, la red de depuradoras de aguas residuales e industriales, en especial las instaladas a lo largo de la cuenca río del Segura.
- Carreteras. Junto al agua y el transporte colectivo, la tercera pata de la gestión de José Ramón García Antón fue la ordenación del territorio y la red viaria. En el segundo capítulo destacan la autovía Central y la de la Plana, la autovía de Sax, la segunda circunvalación de Alicante y las dos nuevas autovías proyectas en la comarca de La Vega Baja. Y en cuanto a la ordenación del territorio, la aportación más sobresaliente de García Antón fue el Patemae (Plan de Acción Territorial Alicante-Elche), además del plan de defensa de la huerta de Valencia.
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