Los Urdangarín, de esquí acuático

En una de sus primeras apariciones en el verano mallorquín, Iñaki Urdangarín rememoró ayer su pasado de deportista y se llevó a sus dos hijos, Juan y Pablo, y a dos de sus sobrinos, Froilán y Victoria Federica, a esquiar por las aguas de la isla.

El duque de Palma es un apasionado de los deportes de mar, una afición que ahora ha transmitido a los pequeños de la familia. En años anteriores ya se le pudo ver a los mandos de una lancha motora, enseñando a sus hijos los fundamentos del esquí acuático. Ayer aprovechó sus vacaciones en una escuela de navegación. A finales de agosto se mudará a Washington con su familia para trabajar en la compañía Telefónica como consejero en Estados Unidos y Latinoamérica.

La bahía de Palma y sus alrededores continúan siendo el lugar predilecto de la Familia Real para pasar el tiempo de ocio. Hace apenas una semana, el Rey y el Príncipe disputaron en estas aguas la Copa del Rey de vela. Una vez finalizada la competición, el monarca gusta de navegar a bordo de su yate, el Fortuna, regalo de un grupo de empresarios del sector turístico balear.

Por su parte, el príncipe Felipe ya ha regresado al Palacio de Marivent, en Palma, donde se ha reunido con la princesa Leticia y sus dos hijas, las infantas Leonor y Sofía, después de asistir en Quito a la toma de posesión del presidente ecuatoriano, Rafael Correa.