El proyecto que divide Tarifa
La controvertida ampliación del puerto genera dos plataformas enfrentadas
La agresión sufrida el pasado martes por el insigne artista Guillermo Pérez Villalta y su compañero sentimental mientras paseaban por Tarifa (Cádiz) ha puesto de manifiesto la división que existe en la población ante la decisión de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras (APBA) de llevar a cabo el proyecto de ampliación del puerto de Tarifa. Y es que, aunque aún se investiga lo sucedido a las puertas de la sede del PP local, todo apunta a que el trasfondo del acto violento es el controvertido proyecto.
Tarifa siempre ha sido un pueblo de opiniones encontradas, tal y como quedó patente cuando gran parte de sus ciudadanos se echaron a la calle para mostrar su total rechazo a la instalación del tendido de interconexión eléctrica entre España y Marruecos, en contra de quienes abogaban por su montaje a cambio de compensaciones económicas. De igual modo, también ha habido división de opiniones al trazar un desarrollo de los parques eólicos.
El Gobierno evalúa el impacto que para el medio ambiente tendrían las obras
Ahora la controversia acompaña al proyecto portuario en el que la APBA prevé invertir 200 millones para triplicar su tamaño actual y generar 2.000 puestos de trabajo. El Ayuntamiento (PSOE) está a favor del proyecto, cuyos responsables aseguran que no afectará al Parque Natural del Estrecho, ya que estará ubicado al Este del puerto. La ampliación supondría construir 1.600 metros de dique y 31 hectáreas de explanadas.
Estas cifras gruesas en un entorno sensible son evaluados ahora por el Ministerio de Medio Ambiente, cuyos técnicos sopesan su impacto medioambiental.
La plataforma Destino Tarifa (formada por IU, asociaciones ciudadanas, ecologistas, y en defensa del patrimonio arqueológico, y cuyo presidente honorífico es Pérez Villalta) abandera el rechazo al proyecto. La plataforma alerta de que la contaminación química, acústica y lumínica afectaría a áreas del Parque Natural del Estrecho como la Isla de las Palomas, para la que el depósito de sedimentos representa un peligro. "Nuestra oposición al megapuerto no es gratuita. Perjudica gravemente a modelos de desarrollo portuario vinculados al sector turístico y amenaza sectores económicos tradicionales como la pesca y la almadraba", denuncian sus responsables, que advierten de que alteraría el valor paisajístico del centro histórico.
Sin embargo, todos estos argumentos son rechazados por la Plataforma Ojalá Lo Pongan Ya, la cual sostiene que "un proyecto de estas características no se debe perder para esta ciudad". Este grupo de ciudadanos considera que el proyecto "garantizará una importante generación de empleo". La asociación asegura que la pesca del atún o el avistamiento de cetáceos no se verán alteradas por el proyecto, según el estudio de impacto económico elaborado por la Universidad de Cádiz.
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