Robbie Williams intenta recobrar su buena estrella

Con el lanzamiento de un nuevo disco, el próximo noviembre, el británico Robbie Williams confía en recuperar a su público incondicional de antaño, hoy completamente entregado a los miembros de su antigua banda, Take That. La propuesta contendrá ciertas dosis "del viejo Robbie, del nuevo, y también de un Robbie que ninguno de nosotros ha conocido hasta ahora", según explica él mismo en su blog. El cantante de los ojos azules apunta, como gancho promocional, que ha reescrito completamente una de las nuevas canciones para transformarla en un tributo a Michael Jackson.

Williams vive con su novia recluido en Los Ángeles desde que la salida de su último Rudebox (2006) se tradujera en las ventas más pobres de su carrera. La fascinación por asuntos esotéricos, que él mismo relató en una emisión radiofónica de la BBC para espanto de sus fans, ha copado su interés en estos últimos tres años mientras sus antiguos compañeros de grupo protagonizaban una de las resurrecciones más exitosas de la historia musical.

Mucho se había especulado sobre el regreso de Williams al redil, pero los Take That confirmaban este verano que ya no lo necesitan: su gira por el Reino Unido ha conseguido arrastrar a más de un millón de espectadores y su álbum más reciente ocupa desde hace 12 meses los primeros puestos del mercado. Ahora aspira a plantarles cara. Su primera prueba de fuego tras un dilatado silencio musical -que incluyó una "huelga" por desacuerdos con su sello EMI- se producirá el 11 de octubre, con la promoción del single Bodies.