Interior pide precaución tras ahogarse dos bañistas en cinco días
La Ertzaintza rescata el cadáver del joven desaparecido en La Salvaje
Buzos de la Ertzaintza localizaron a mediodía de ayer el cadáver del joven desaparecido en la tarde del martes cuando se bañaba en la playa de La Salvaje, en Sopelana. Olivié, de 22 años, residente en Galdakao y de nacionalidad camerunesa, fue arrastrado por la corriente cuando nadaba con su amigo Oskar. Surfistas que frecuentan esta playa consiguieron acercar a la orilla al segundo, pero Olivié se hundió sin remedio. Con él, dos hombres han muerto en cinco días ahogados cuando se bañaban, tras el fallecimiento el pasado viernes de un colombiano en el pantano alavés de Ullibarri. Su cuerpo no fue rescatado hasta el lunes. Interior insistió ayer en que los baños deben limitarse a las zonas acotadas de playas y embalses e ir acompañados de precaución y "sentido común".
El joven fallecido estaba bañándose en una zona con bandera roja
"Lo primero es mirar el color de la bandera y hablar con los socorristas si no se conoce de antes la playa", señaló a EL PAÍS, José Antonio Fernández, el técnico de Emergencias que ha coordinado los rescates de los dos ahogados. Fernández recordó que quien se mete en el mar "debe saber nadar" y que hay playas, como es el caso de La Salvaje, en las que hay más de una bandera, lo que puede limitar el baño a una zona específica. Los dos últimos casos tienen en común que los fallecidos estaban bañándose en áreas no aptas para ello, destacó este experto.
La Salvaje lucía ayer bandera roja excepto en una estrecha franja frente al puesto de socorro de la Cruz Roja, acotada por dos banderines amarillos. Allí se apiñaban todos los bañistas. "Ésta es una playa de mucho oleaje, ideal para surfear, pero peligrosa para bañarse. La corriente te absorbe", confirmaba uno de los surfistas que pudieron presenciar hasta las 11.30 el dispositivo de rescate, en el que participaron buzos, un helicóptero y la patrullera Itsas Zain de la Ertzaintza, la patrullera Ría del Nervión de la Guardia Civil, además de Salvamento Marítimo y dotaciones de la base de la Cruz Roja en Arriluze.
El centro regional de Salvamento Marítimo, que opera desde Santoña, aportó al operativo varias lanchas, un helicóptero y un buque, el María de Maeztu, que mantuvo la vigilancia en la costa después de que los buzos de la policía vasca interrumpiesen la búsqueda entre las 23.45 del martes y las 9.00 de ayer por la falta de visibilidad.
José Luis Solís, responsable en la zona de este organismo dependiente del Ministerio de Fomento, destacó la actuación ejemplar de los surfistas: "Si no fuera por ellos, se habría ahogado también el otro joven".
Inaxio Etxebarria, el propietario del pequeño chiringuito de esta playa, fue el primero en avisar a los jóvenes que cogían olas de que había dos personas en dificultades en el mar. "Vi cómo braceaban y cómo uno de ellos se hundía antes de que pudieran ayudarle". Etxebarria, quien fue socorrista en La Salvaje antes que hostelero, recordó que no había vigilancia en la playa en el momento en el que se bañaban Olivié y su amigo. Los socorristas de la Cruz Roja que vigilan las playas en Euskadi se marchan a las 20.00.
Después de que los improvisados vigilantes lograsen rescatar a Oskar, se comunicó a SOS-Deiak la desaparición de su amigo. Salvamento Marítimo recibió el aviso a las 20.50 y los buzos de la Ertzaintza llegaron al lugar una hora más tarde, según los testigos. Olivié fue encontrado tras 14 horas de búsqueda muy cerca de donde se le vio por última vez, pero a cuatro metros de profundidad. Su cuerpo fue trasladado al servicio de patología forense de Bilbao, tras las diligencias judiciales.
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