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Reportaje:

Un dandi en apuros

Ricardo Costa, imputado por cohecho en el TSJ, se juega su carrera política El 'número dos' del PP valenciano era íntimo amigo de El Bigotes

El secretario general del PP de la Comunidad Valenciana, Ricardo Costa Climent, ha logrado en poco más de un año, y sin salir de Valencia, superar en notoriedad a su hermano Juan, que al amparo de Rodrigo Rato desarrolló una brillante carrera en los Gobiernos de José María Aznar hasta llegar al Ministerio de Ciencia y Tecnología.

Ricardo Costa (Castellón, 1972) es hoy más popular que su hermano Juan -cuyo brillo siempre le ha hecho sombra- por dos razones. La primera, porque como secretario general del PP de la Comunidad Valenciana se encargó hace un año de entregar en mano a Mariano Rajoy los avales de los compromisarios de la Comunidad Valenciana para cercenar de cuajo las posibilidades de su hermano de aspirar a la presidencia del PP en el congreso de Valencia.

Ricardo bloqueó a su hermano para favorecer en el PP la reelección de Rajoy
La lealtad absoluta a Camps le ha aislado de las críticas en el seno del PP
Orange Market se convirtió con Costa en el principal proveedor del PPCV
El dirigente popular comparte con Pérez el gusto por el lujo y la exclusividad

La segunda, porque está encausado en el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, en condición de imputado, por un supuesto delito de cohecho junto al presidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps. Ellos dos, junto con el ex vicepresidente Víctor Campos y el ex jefe de gabinete de la Consejería de Turismo Rafael Betoret, supuestamente habrían recibido trajes pagados por Orange Market -una de las empresas de la trama corrupta del caso Gürtel- que dirige en Valencia, Álvaro Pérez, El Bigotes.

La notoriedad de Ricardo Costa, además, se ha visto amplificada por su imagen de dandi. Sus trajes entallados de sastrería, las camisas de cuello alto, su gusto por el lujo y su voz atiplada han sido siempre objeto de comentario. Sus detractores acérrimos no han dudado en hacer chanza de su porte y de su manera de hablar al estilo borja mari. Y sus propios correligionarios reconocen: "Cada vez que sale Ricardo en la tele, perdemos votos, porque es imposible que la gente de la calle se identifique con su imagen".

El número dos del PP, que está permanentemente de guardia para lo que mande Camps, disfruta en los ratos libres de su perro bóxer, lee cómics de Marvel y rebaña el tiempo para salir de fiesta con su novia -una edil que fue reina de las Hogueras de Alicante- y sus amigos.

Pero, probablemente, ese gusto por las cosas buenas -y caras- es lo que le llevó a congeniar con Álvaro Pérez, El Bigotes, que comparte con el secretario general de los populares valencianos la afición por el lujo y la habilidad para ejercer de relaciones públicas.

Costa, que además de secretario general es portavoz del PP en las Cortes Valencianas, tuvo sus primeros contactos con Álvaro Pérez a finales de los noventa en los grandes mítines que José María Aznar dio en Valencia organizados por Special Events, la empresa de Francisco Correa.

Entonces, Ricardo Costa ya era el diputado más joven del Parlamento autonómico. Con su madre como concejal del Ayuntamiento de Castellón y su padre ocupando un cargo de libre designación como delegado de Hacienda en Castellón, Ricardo aprendió de política en el comedor de su casa. En 1992 ingresó en Nuevas Generaciones del PP de Castellón, mientras estudiaba Empresariales en Valencia. Al año siguiente, el presidente provincial del PP, Carlos Fabra, que todavía mantiene una estrecha amistad con su padre, Juan Costa, eligió al hermano mayor para encabezar la lista al Congreso por Castellón en las generales de 1993. Dos años más tarde, Fabra decidió ampliar el lustre que daban los Costa a la lista autonómica por Castellón con la inclusión de Ricardo. Ese año, Eduardo Zaplana logró la presidencia de la Generalitat para el PP y Ricardo Costa se convirtió en el diputado más joven de las Cortes Valencianas.

En el hemiciclo del Palau dels Borja comprendió que poco o nada podía hacer en Castellón, con el todopoderoso Carlos Fabra dominando la provincia, y que en Madrid sería sólo la sombra de su hermano Juan. Así que apostó por hacer carrera en el ámbito autonómico.

Zaplana lo nombró portavoz adjunto de las Cortes Valencianas en 1999 para endulzar la relación con Juan Costa y Rodrigo Rato. Y por similares intereses, Camps lo incluyó de vicesecretario general del PP, en su lucha contra Zaplana, en el congreso regional celebrado en Castellón en el año 2004.

Un puesto desde el cual relanzó su carrera política. Su capacidad para cumplir sin pestañear los cometidos que le encargaba Camps y su valentía para dar la cara como portavoz, sin despeinarse, pronto le supusieron un ascenso. Así, el presidente valenciano pronto lo nombró secretario general del PP y portavoz parlamentario, aunque Costa siempre ha ambicionado una cartera en el Gobierno.

"Álvaro Pérez se trasladó a Valencia porque allí tenía a su amigo Ricardo Costa, que ocupaba un cargo dentro del organigrama del partido", dijo la empresaria Isabel Jordán en las declaraciones ante el juez Baltasar Garzón.

Lo cierto es que, a partir de 2004, el responsable de Orange Market en Valencia empezó a moverse como un pez en el agua por los despachos de la sede regional del PP y era fácil verlo en los alrededores de Presidencia de la Generalitat o del Grupo Popular en las Cortes Valencianas. Desde la aparición de Orange Market y la llegada de Camps y Costa a la cúpula del PP valenciano, Pérez se convirtió en el suministrador oficial de la práctica totalidad de los actos organizados por la dirección regional y el grupo parlamentario. Aunque el PP no ha dado ninguna cifra, algunos calculan en casi dos millones de euros la facturación de los eventos contratados por el partido estos años con Orange Market.

Las conversaciones telefónicas entre Álvaro Pérez y Pablo Crespo revelan, según la instrucción hecha por Garzón, que El Bigotes mantenía una estrecha relación de amistad con Costa. Hasta el punto de que Álvaro Pérez llegó a hacer gestiones ante los concesionarios de automóviles para conseguirle al número dos de los populares valencianos un vehículo nuevo. Probablemente el SUV de lujo modelo Infiniti FX 50, que Costa estrelló en la autopista AP-7 el pasado mes de mayo. El accidente, de cuyas heridas ya está recuperado, puso en entredicho la imagen que el diputado del PP había intentado trasladar al hacer pública una declaración patrimonial en la que indicaba que estaba en números rojos y que tenía un préstamo de sus padres para pagar el coche nuevo.

La relación de Costa con Álvaro Pérez fue la que llevó al sastre José Tomás a desplazarse desde Madrid a Valencia, en el año 2005, para tomar las medidas al secretario regional del PP en la sede del partido. El auto del magistrado José Flors, del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana afirma que "existe constancia documental" de que Orange Market pagó trajes y otras prendas de vestir encargadas por Ricardo Costa al sastre José Tomás en Milano y Forever Young. Igual que recalca que "no existe constancia" de que el dirigente del PP y los otros imputados "abonaran su precio directa o indirectamente al establecimiento vendedor". El sumario incluye otras pruebas como las incautadas en un ordenador portátil hallado en un yate, propiedad de Pablo Crespo, en el puerto de Altea. En total, Garzón cifró el valor de la ropa pagada por la trama corrupta al secretario general del PP valenciano en 7.325 euros. El auto posterior de José Flors documenta la existencia de cinco trajes, dos americanas y nueve pantalones.

El sumario también incluye las conversaciones grabadas entre Ricardo Costa y Álvaro Pérez y entre éste y Francisco Correa. Conversaciones que, según el auto del TSJ, "evidencian la patente preocupación de todos ellos". De hecho, El Bigotes llega a decirle al jefe de la trama: "He estado con Ricardo, que me ha dicho: Oye arreglarlo así al único al que perjudica es a mí. Yo por ayudarte hago lo que sea y además te lo demuestro cada día, pero si lo hacemos de esta manera al único que te cargas es a tu amigo Ricardo, que por cierto es el único que te ayuda siempre".

Costa mantiene que le dio el dinero a Álvaro Pérez, para que pagase la ropa, y considera que la acusación tan sólo se sustenta en el testimonio del sastre. El número dos del PP valenciano respiró aliviado cuando el TSJ decidió no incluir ninguna imputación por tráfico de influencias o financiación irregular del partido. Ahora sabe que la justicia ha ligado su destino politico al de Camps. Y si se trunca su carrera, a Costa siempre le quedará la posibilidad de dedicarse a la consultora Cas Legis de Castellón, en la que entró como socio de la mano de su hermano Juan, y donde hoy en día tan sólo se limita a llevar algunos clientes.

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