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Reportaje:Empresas & sectores

El 'señor del agua' llena el depósito

Suez Environnement cuida su liquidez para posibles compras tras la crisis

Cristina Delgado

Jean-Louis Chaussade, director general de Suez Environnement, se siente cómodo en España. Quizás porque, aunque es francés, vivió en Barcelona y en Bilbao varios años, ocupando distintos cargos para el gigante galo del agua. Quizás porque, a pesar de que su multinacional está presente en 70 países, de España provienen más del 15% de sus ingresos, gracias a Agbar, Aguas de Valencia y Degremont. Suez Environnement, considerado uno de los señores del agua en el mundo, no se agobia por la crisis. Su negocio es estable. Aún así, ha cambiado su prioridad: ha recortado inversiones y busca más liquidez. Cuando pase la tormenta habrá oportunidades de compra. "Y queremos estar preparados", dice Chaussade.

"La gestión público-privada es la ideal", asegura el director general
El gigante galo no comprará la parte de La Caixa en Agbar de momento

"Francia y España son nuestros grandes pilares", reconoce. Son las joyas de su corona, entre las que brilla en especial Aguas de Barcelona (Agbar), que ha aportado cerca de 1.500 millones a sus cuentas. Controla el 51% de sus acciones. Y parece que así seguirá de momento, porque a pesar de que en junio se habló de una posible compra a Criteria (holding financiero de La Caixa) del resto de la compañía, poco después anunciaron que no había acuerdo. "Llevamos desde 1979 en Agbar. Conversaciones tenemos continuamente", explica el directivo quitando hierro al asunto. ¿Comprarán más adelante el resto de Agbar? "Dios lo sabe. Yo no", zanja Chaussade.

En el caso de Aguas de Valencia, de la que poseen el 33%, lo que les gustaría es tener un papel activo, más allá del de socio financiero, algo que el resto de accionistas no parecen compartir. "Nuestro saber hacer podría ayudar mucho a que el nivel de calidad del servicio mejorara. Pero ellos deciden", explica resignado. Poco después confiesa que no piensa rendirse. "Somos gente con paciencia. La concesión aún durará 45 años más", deja caer.

En España, dice, lo que está claro es que hay que prepararse ante la sequía. "Cuando falta agua, el crecimiento económico se ve afectado. En Australia hizo hace dos años que el PIB cayera punto y medio. A España volverá la sequía. Hay que seguir buscando soluciones", advierte. Hace una semana la multinacional participó en la inauguración en Barcelona de la mayor desaladora de Europa. ¿Es mejor que los trasvases? "Decantarse por una u otra cosa es una elección política", dice.

A pesar de que en 2008 los ingresos de la firma aumentaron un 5,4%, la crisis no ha pasado de largo por su puerta. Hace justo un año de su salida a Bolsa y desde entonces han perdido un 25%, hasta los 13,3 euros. En cuanto a sus balances, es cierto que el 70% del negocio mundial es muy estable porque proviene del agua. Sin embargo, la gestión y el tratamiento de residuos, que completa sus actividades, sí les está dando algún dolor de cabeza. En el primer trimestre de 2009 retrocedió cerca del 9%. "Buena parte de este negocio se hace con clientes privados, grandes y medianas industrias. Si hay crisis y baja su producción, nuestro trabajo baja", razona Chaussade. Aún así, dice, no piensan reducir esta área. "En 10 o 15 años el reciclaje y la reutilización serán cada vez más importantes. Pronto volverá a crecer su resultado", comenta confiado.

La crisis no ha ocasionado grandes cambios en sus estrategias, pero sí ajustes. Su prioridad ahora es disponer de liquidez. Por eso han rebajado las inversiones desde los 1.800 a los 1.200 millones, y han recortado gastos. "Después de la crisis, en 2010 o 2011, habrá oportunidades que queremos aprovechar, compras que quizá queramos hacer. Pero para eso, deberemos tener preparado cash", adelanta sonriente.

Chaussade es un convencido de la gestión público-privada. "La combinación entre la entidad pública, que tiene la visión a largo plazo, y el mundo privado, que busca la eficiencia económica, une lo mejor de dos mundos", insiste. ¿La crisis agilizará las privatizaciones del agua? "Puede que ahora los recursos financieros públicos se reduzcan. Quizá haya Ayuntamientos que antes gastaban con alegría y ven que con una cooperación público-privada pueden dar ahora un servicio de calidad que por sí mismos ya no pueden permitirse", plantea.

Ya tienen negocios en Europa, Norteamérica, Asia y Oceanía. De América Latina salieron tras varios conflictos por las tarifas del agua. A Chaussade no le gusta mucho tocar el tema. "Ese continente se lo dejamos a Agbar. Ellos tienen un idioma y una cultura más apropiada", justifica. En cuanto a África, prefiere no generalizar. "Nos interesa, pero hay que estudiar caso por caso. Hay que estar muy seguro de las reglas del juego en cada país, porque en el negocio del agua hay que actuar a largo plazo", razona.

¿Las guerras del futuro se librarán por el agua? Chaussade cambia el gesto. Se pone serio. "En el pasado se han librado pocas guerras del agua, porque desencadenar la guerra del agua es desencadenar la muerte. Pero en el mundo de hoy, donde la población crece tanto, si no cuidamos los recursos habrá grandes desplazamientos. Nosotros sólo podemos ayudar gestionando el agua del modo más eficiente. Los Gobiernos son los que deben tomar las decisiones".

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Sobre la firma

Cristina Delgado
Es subdirectora y se encarga de la edición digital de EL PAÍS. Antes fue redactora jefa de Economía, sección en la que se incorporó al periódico, en 2008. Licenciada en Periodismo y en Comunicación Audiovisual, ha realizado el máster UAM-ELPAIS y posgrados de información económica y gestión.

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