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Reportaje:RUTAS LITERARIAS

Las brumas del Gran Hermano

Hace 61 años, en una casa de la isla de Jura, en las Hébridas Interiores, el novelista inglés George Orwell escribió '1984', su denuncia de los totalitarismos. Rebaños de ovejas impasibles y un remolino gigantesco reciben al visitante

Cuando se sintió enfermo George Orwell se puso en una isla al socaire de los vientos mundanos. Pero no buscó la cálida inocencia de los trópicos, sino la húmeda desolación de las brumas de Jura, en las Hébridas Interiores. Era viudo, había adoptado un hijo y creyó que el lugar era un ambiente seguro y saludable para educarlo lejos de la miseria del Londres de posguerra. Habría que añadir que tras una agitada vida en Birmania, la Guerra Civil española, las minas de cobre de Wigan (Lancashire) y las cocinas de París, en donde trabajó como friegaplatos, era incapaz de vivir sin explorar los límites de la humana tolerancia. Al poco de llegar tecleó en su fiel Remington: "Era un día frío y ventoso de abril y un millón de relojes daban las trece". Cuando un año después, en 1948, terminó la que sería su última novela (publicada en 1949), la tituló El último hombre en Europa; pero a esa pesadilla totalitaria los editores la llamaron 1984. Al abandonar para siempre estas soledades borrascosas, Orwell ya tenía los pulmones corroídos por la tuberculosis que pocos meses después, el 21 de enero de 1950, a los 46 años, acabaría con él.

Jura (pronúnciese díura) es el nombre de los venados en la lengua de los vikingos, y en estos 228 kilómetros cuadrados de tierra infatuada por la vanidad de seguir virgen pastan a su capricho más de 5.000 ciervos rojos indiferentes a las acrobacias de las aves que decoran el cielo sobre este ámbito pelado de aderezos. Aunque a sólo ocho kilómetros de la costa occidental de Escocia y a 80 de Glasgow, no es fácil llegar hasta esta isla de apenas 180 habitantes. Hay que atracar en la vecina de Islay y desde allí, en cinco minutos, un pequeño ferry cruza el canal entre Port Askaig y Feolin, al sur de Jura. En Feolin no hay nada salvo el pregusto de una sensación de desamparo y una furgoneta que en veinte minutos nos deja en Craighouse, el cogollo urbano de la isla. Son sólo trece kilómetros, pero el viaje es lento porque rebaños de ovejas invaden la carretera, impasibles como budas. Craighouse es un refugio protegido de los vientos boreales por los Paps of Jura, dos montañas con forma de pechos de giganta. Hay un hotel con pub, una tienda de ultramarinos, una gasolinera que abre un par de horas diarias, una iglesia y una destilería fundada en 1810 que obtiene el agua del manantial llamado Market Loach.

El camino y el amigo

A 46 kilómetros al norte está la casa de Orwell en los acantilados. La única carretera, estrecha, sinuosa y a merced de los ciervos, termina doce kilómetros antes de llegar; pero como dicen por aquí, "nunca es largo el camino hasta la casa de un amigo". Mike Richardson, guía local, pescador a ratos y farero, tiene un 4×4 adecuado para la senda de cuarcita y pedregales. Explica el cicerone que Jura es la más cimarrona de las salvajes Hébridas y que los bosques, las sendas y los montes están llenos de trasgos. También de mitos y leyendas, de sanguinarios clanes feudales cuyo eco pervive en una toponimia delirante: Campo de la Disputa, Cueva del Héroe del Bien o Valle del Infortunio. Orwell se movía en moto por estas breñas ariscas, a pesar de que su médico se lo tenía prohibido porque el traqueteo podría producirle hemorragias pulmonares. No le hizo ningún caso.

Al final de la colina, perdida entre el esplendor de la hierba y abismada en la gloria de los cantiles, aparece una casa de dos pisos, blancas las paredes y oscura pizarra en el tejado: es Barnhill, la casa del fin del mundo en la que se refugió Orwell para que nada lo distrajera en la concepción de una distopía en la que el omnipresente Gran Hermano, la ubicua policía del pensamiento y la dictadura de la neolengua dibujaban el infierno en la Tierra. Emboscado en la niebla, Orwell experimentaba la arrogancia del absoluto aislamiento y la calma para urdir su fabulación totalitaria. Como el día es claro puedo ver el chisporroteo de los barcos del Classic Malt Cruise que todos los años por el mes de julio surcan las Hébridas Interiores de destilería en destilería.

Jamie Fletcher y su mujer Demaris son los dueños actuales de Barnhill. Conservan algunas fotografías enmarcadas del escritor. Su habitación en el primer piso ya no huele a su tabaco negro de liar, pero en el techo, sobre el que fue su escritorio, aún puede verse la mancha amarilla formada por sus persistentes volutas de humo. Entre cuartilla y cuartilla, éstos eran los ritos del escritor: pescar langostas con nasas, cazar conejos, pasear, cuidar el huerto.

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A cinco kilómetros de Barnhill, en el canal entre Jura y la isla de Scarba, puede verse el Corryvreckan Whirpool, el tercer remolino más grande del mundo. Graham Moss, un lobo de mar, a bordo del Chantilly me lleva por estos mares de focas, delfines y tiburones peregrinos. El capitán rehúsa acercarse al golfo de Corryvreckan invocando la prudencia para dejarme con las ganas. Alega que un día de verano Orwell naufragó por temerario en esas aguas turbulentas. De no ser por un pesquero que lo rescató se habría quitado para siempre del tabaco y de los haggis, su plato favorito de vísceras, cebollas y avena cocidas dentro del estómago de una oveja.

De vuelta a Craighouse, miro el mar y bebo un whisky de turba de 16 años con destellos de ámbar, un aroma salobre y un regusto a madera de roble y gasolina. Acaba gustándome tanto como esta isla narcisista de su propia desolación. Abro mi ejemplar de 1984, leo la última frase: "Había vencido sobre sí mismo. Amaba al Gran Hermano". Naturaleza, whisky y cultura combinan bien.

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Guía

Cómo ir

Desde Madrid hay que volar a Londres y desde allí a Glasgow (o ir con Easyjet a Edimburgo). Easyjet vuela directo a Glasgow desde Alicante, Ibiza, Málaga y Palma. Flyglobespan va directo a Glasgow desde Alicante, Gran Canaria, Barcelona, Ibiza, Palma, Lanzarote, Málaga y Tenerife. Ryanair vuela a Glasgow desde Girona, Reus y Palma.

Desde Islay salen dos ferrys diarios de Caledonian MacBryne (www.calmac.co.uk) de Port Askaig hasta Jura (www.jurainfo.com).

Información

El único hotel de la isla es Jura Hotel (www.jurahotel.co.uk; 00 44 14 96 82 02 43), tiene 18 habitaciones y está en Craighouse . Muchas casas ofrecen la fórmula bed & breakfast (www.juraholidays.co.uk).

Se puede alquilar Barnhill (00 44 17 86 85 02 74) desde 500 euros por semana.

Mike Richardson (joanmikekd@hotmail.com) organiza excursiones en todoterreno por 25 euros por persona, y ofrece alojamiento en su granja de Kinuachdrachd, a dos kilómetros de Barnhill.

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