Cinco horas en el avión
El jueves, hora y media después del atentado, Pep Toni P. se sentó en un avión de Ryanair para viajar de Palma a Girona, desde donde iría a Cagliari, Cerdeña. Pero su vuelo, que costó 200 euros, nunca salió. "A las 15.30 embarcamos, pero nos avisaron de que no podíamos partir por el atentado", narra Pep Toni. "Abrieron las puertas y las cerraron otra vez. La tripulación no informó de nada", continúa. "A la hora y media comunicaron que no partiríamos antes de las diez de la noche. A las siete explicaron que dejaríamos el avión para que la policía nos controlara la identidad y que, después, despegaríamos. Nada. A las 20.10 dejamos el avión y la policía lo examinó. Después nos dijeron que ya no podíamos volar porque los pilotos habían superado su horario".
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