Liarla en un cajero

Entrar en un cajero a sacar dinero y encontrarte a 50 personas bailando música electrónica. Si vives esta situación, lo mejor es que pases de sacar pasta y, quizá, te unas a la celebración, que puede durar desde 15 minutos hasta 4 horas: el tiempo que tarde la policía en llegar. En Berlín, esta idea de ocupar espacios en medio de la ciudad para montarse una fiesta se está convirtiendo en costumbre. "Un cajero es lo suficientemente grande, tiene enchufes, no hace frío…: se pueden hacer fiestas geniales", explica Michael Placke a través de MySpace. Placke administra el grupo Reclaim the Sparkasse, o lo que es lo mismo: "Reclama tu cajero". A través de la red social convoca estas fiestas con un punto, dicen, reivindicativo: "Aprovechamos la electricidad del cajero, que está gastando energía toda la noche con sus luces. Cuando la policía viene, nos da un aviso, paramos la fiesta y nos vamos". Cajeros, estaciones de metro o vagones de cercanías son las pistas de baile preferidas de este grupo, pero no es el único en su especie: "Trabajaba en una galería de arte y organizamos una fiesta-exposición en un túnel en construcción de la línea U3 [también en la capital alemana]. No nos importaba que no fuera legal, queríamos aprovechar un espacio que no se estaba utilizando", explica Jenya Gertsovskaya. En España, lo más parecido fue la afamada rave del túnel de Madrid, pero lleva un par de años sin organizarse. Con la crisis, la iniciativa alemana puede marcar un precedente. Sin pasta, pero con imaginación. El problema, claro, es su legalidad. Por mucha pátina reivindicativa con la que quieran dotar al asunto.