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Inclán niega trato de favor a su "amigo" Margüello

Dice desconocer que era apoderado de una empresa que contrató con Osakidetza - "Nunca he dado nada a un amigo"

Gabriel Inclán rechazó ayer cualquier ilegalidad en el caso Margüello o haber dado un trato de favor al ex director de Calidad de Cruces, José Carlos Margüello, a quien se refirió como "mi amigo". En una comparecencia sin precedente, y durante más de cinco horas, el actual consejero de Sanidad (Rafael Bengoa) y su antecesor explicaron su versión sobre este caso, en el que que el Gobierno cree que ha habido perjuicios económicos a Osakidetza. Las explicaciones de Inclán sólo convencieron a su partido; el resto de los grupos dieron más validez al informe oficial que presentó públicamente Bengoa el pasado 1 de julio.

"Prometo que no sabía que eran apoderados [de empresas que contrataron con la consejería que dirigió entre 1999 y 2009]", dijo el ex consejero de Sanidad. Se refería a los tres médicos (Margüello, Eduardo Climent y Francisco Javier Zubiaga) que figuran como socios de sociedades adjudicatarias de servicios públicos al tiempo que trabajaban para Osakidetza. Un primer informe del Departamento de Sanidad ha hallado "irregularidades graves" en el incremento de las tarifas abonadas a las compañías de hasta en un 47% por servicios como la atención urgente domiciliara, consultas e intervenciones quirúrgicas, así como en las adjudicaciones por el procedimiento de urgencia.

Bengoa: "Hay anomalías a favor de las mismas personas y empresas"
El ex titular de Sanidad rechaza cualquier "mínima irregularidad"
Concede a sus argumentos el mismo valor que el informe oficial

Inclán afirmó que si hubiera conocido que eran apoderados "habría dado mi opinión", aunque remarcó que este cargo en una empresa privada es compatible con sus empleos públicos. "Sabía que [Margüello] participaba en empresas", dijo sin dar más detalles, antes de lanzar un mensaje tajante: "Jamás este consejero ha mezclado amistad con trabajo. Nunca he dado nada a un amigo, pero tampoco se lo he quitado a nadie", agregó.

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Inclán, quien en su exposición inicial de una hora no hizo referencia a esa posible incompatibilidad de los tres médicos para contratar servicios públicos con sus empresas, no supo responder a los requerimientos del PP sobre este asunto. "Ha dicho que no sabía que eran apoderados, pero que participaban en las empresas. Entonces, no se preocupó por la vinculación que tenían. No sé si es ético que participaran en empresas que daban servicios sanitarios a Osakidetza. Usted tenía que haberse preocupado por esa vinculación", le espetó la popular Laura Garrido.

Fue el momento de mayor tensión en la sesión extraordinaria celebrada por la Diputación Permanente del Parlamento vasco. "No sé para qué he hecho 10.500 kilómetros [Inclán está en Chile reciclándose para volver a ejercer la medicina]. No me ha escuchado, como hace siempre. Sigue como queriendo difamar", le replicó a Garrido el ex consejero sin responder a lo que se le había planteado la portavoz popular.

El ex titular de Sanidad, quien realizaba sus primeras valoraciones en persona sobre este caso, rechazó "con toda rotundidad" que alguien de su equipo "haya cometido la más mínima irregularidad, ni grave ni leve". Explicó con profusión los diez expedientes en los que Sanidad ha detectado anomalías y valoró que su apreciación era cuestión de interpretaciones. "Puede haber opiniones sobre la elección de un tipo u otro de procedimiento de contrataciones, pero han sido legales y elegidos en función de la urgencia requerida".

Censuró que se hable de un quebranto económico a Sanidad "que ni siquiera cifran" y remarcó que las actuaciones cuestionadas permitieron reducir las listas de espera. "Ésta es la única verdad de la contratación en mi época de consejero". Inclán, quien no aclaró si presentará alguna denuncia en los tribunales, declaró no sentirse acusado y afirmó que su exposición "tiene el mismo valor" que el informe oficial del Departamento de Sanidad. "Es una opinión contra opinión", manifestó.

Antes, el consejero Rafael Bengoa detalló las irregularidades que señalan a las empresas Medical Dom, Gestión de Servicios Sanitarios XXI y la UTE Gestión XXI. "No cabe duda que se han cometido irregularidades", dijo, aunque admitió que el informe es todavía incompleto y faltan aclaraciones, como si hubo o no incompatibilidades y cuantificar el presunto perjuicio para las arcas públicas.

Bengoa remarcó que "lo preocupante" de este caso es la "concurrencia" de anomalías "en un ámbito espacio-temporal concreto, y siempre a favor de las mismas personas y empresas, poniendo de manifiesto un determinado patrón de comportamiento". A preguntas de los grupos, dijo que "no nos consta que haya casos similares en Osakidetza" y negó las presuntas irregularidades por la falta de controles internos. "Es más el uso de los controles por las personas", explicó. Sí reconoció que existe un "problema" en la administración pública cuando este asunto es destapado por la prensa, por lo que planteó implantar mecanismos para que los trabajadores de la red sanitaria puedan denunciarlos de manera interna.

Ante las censuras del PNV de que uno de los cargos de su actual equipo participara en la mesa de contraración de algunas de estas empresas a finales de los 90, afirmó que fue un periodo en el que no se cometieron irregularidades. El PNV valoró que las explicaciones de Bengoa no eran "ni suficientes ni satisfactorias" y agregó que el informe tiene "errores e inexactitudes", afirmó la parlamentaria Nerea Antia. En cambio, se felicitó de que Inclán haya "aclarado más cosas". El PP fue el grupo que más insistió en que el caso se lleve a la Fiscalía. Pero el consejero de Sanidad dijo que se tramitará "cuando los daños económicos y otras irregularidades" se confirmen por el Tribunal de Cuentas.

El PSE aseguró que existe un "denominador común" al citar la utilización de los procedimientos de urgencia o la subida de tarifas. "Todas van en beneficio de dos empresas y la UTE. Eso es una evidencia", indicó la socialista Miren Gallastegui.

Independientemente de la vía judicial, el asunto se abordará en una comisión de investigación parlamentaria, sobre cuya futura creación están de acuerdo todos los partidos.

Proceso de urgencia

- Rafael Bengoa: Las contrataciones por el procedimiento de urgencia no estaban justificadas, dijo Bengoa, tras recordar que es un modelo muy limitado por la ley de contratos. Recordó que la Oficina de Control Económico (OCE), que fiscaliza los contratos, también se pronunció en contra, ya que uno de ellos, con la UTE Gestión de Servicios Sanitarios, no tenía ninguna circunstancia excepcional. "Era para resolver listas de espera de rutina". Censuró que Medical Dom concurrió en solitario a la mayoría de los concursos. "Lo preocupante de esto es que no hay competencia en el sector y se acaba constituyendo un monopolio".

- Gabriel Inclán: Afirmó que se utilizó este método por la amplias listas de espera, que en mayo de 2006 tenía a 8.300 pacientes esperando a una intervención. El ex consejero criticó que la Oficina de Control Económico emitiera un informe negativo ante lo que denominó "discrepancia de criterio", por lo que estos gastos (más de dos millones entre 2007 y 2008) tuvieron que ser asumidos por el Consejo de Gobierno. Inclán explicó que Gestión de Servicios XXI no fue la única empresa que se llevó contratos por la vía de urgencia. "Hubo al menos otras tres empresas con las que se procedió de manera análoga", adujo.

Incompatibilidades

- Rafael Bengoa: Bengoa reveló que la participación de los tres médicos implicados en las empresas alcanza hasta el 9,8% del capital, justo al límite legal que está fijado en el 10%. Dos de ellos fueron apoderados en las compañías, una figura que, admitió, "no parece ser causa formal de incompatibilidad", pero que ostenta "unos poderes tan amplios" que sí podía constituir una ilegalidad para contratar con la Administración. Aunque dijo que es un asunto en el que se debe profundizar, calificó de "sorprendente que el subdirector de Calidad de un hospital [Margüello] tenga participación en una empresa que gestiona las listas de espera que se producen en dicho hospital".

- Gabriel Inclán: Fue una de las presuntas anomalías que apenas comentó. En su primera intervención no hizo ninguna referencia, pero tras las preguntas de los grupos políticos aseguró que la ley no contempla esa incompatibilidad. Reveló que, tras conocerse este caso, habló con una alto cargo de Sanidad "y me dijo que era legal". Este punto fue uno de los que más le soliviantó al final de la comparecencia, cuando la parlamentaria del PP Laura Garrido le reprochó que no se preocupara de indagar la vinculación de los médicos con las empresas. "Está queriendo difamar", le reprochó.

Informe técnico o sesgado

- Rafael Bengoa: En su exposición, como remarcó el pasado 1 de julio al presentar el informe a la prensa en el que hablaba de "irregularidades graves", Bengoa dijo que era puramente técnico y se limitaba a aportar hechos, "omitiendo las posibles valoraciones de índole política". Por eso, dejó en manos de la auditoría pedida al Tribunal Vasco de Cuentas la valoración de cuestiones como la presunta pérdida económica para las arcas públicas y señaló que pidió un informe al Departamento de Justicia sobre la idoneidad de presentar una denuncia penal. La respuesta de los servicios jurídicos, dijo, es que se espere al dictamen del Tribunal de Cuentas. Admitió que el primer informe de Sanidad es incompleto y que habrá un segundo.

- Gabriel Inclán: Su versión fue diametralmente opuesta. Dijo que el informe se realizó con "afán inquisitorial" y con unas conclusiones que "tenían decididas antes siquiera de empezar el expediente informativo". Incluso apuntó que es "nulo de pleno derecho" al no haber dado audiencia a los implicados. "Da la impresión de que se estaba buscando cualquier indicio con el que poder manchar la imagen de las personas que con anterioridad a él habíamos trabajado durante diez años dirigiendo el Departamento de Sanidad, de las que doy fe de su honradez y profesionalidad". Incluso cuestionó la capacidad del instructor del expediente, "algo que se ha puesto de manifiesto en la elaboración" del informe y que ha tenido como resultado la "mediocridad y falta de rigor". "Está macrovalorado", opinó.

Las altas tarifas

- Rafael Bengoa: El consejero de Sanidad aseguró que la subida de las tarifas de una de las empresas implicadas, Medical Dom, que "van del 19% al 47%" no tienen una justificación y que se trató de incrementos exclusivos para esa compañía. "No se aplicaron, ni de lejos, a otras empresas ni a otros conciertos [en la Sanidad vasca], por lo que las razones aducidas pierden gran parte de su fuerza". Reveló que las empresas en las que figuran como socios los médicos acusados de las irregularidades han facturado a Osakidetza desde 1997 cerca de 25 millones por sus servicios. Agregó que el departamento seguirá investigando estos pagos.

- Gabriel Inclán: Explicó que se subió "lo que había que subir" y que "se justificó adecuadamente". Los contratos suscritos con Medical Dom sobre las urgencias domiciliarias tuvieron nuevas tarifas, manifestó, debido a los incrementos salariales que hubo en Osakidetza ante lo que aquella compañía adujo que no podía competir. Agregó que la contratación de los médicos de Medical Dom durante 2007 supuso un ahorro de más de 1,4 millones de euros respecto a lo que habría costado que ese trabajo lo asumiera Osakidetza. La subida del 47% "no es normal", admitió, pero la justificó también por la falta de médicos debido a la huelga que se convocó en esas fechas.

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