Granero y Cristiano desbloquean al Madrid
El equipo blanco se impone al Liga de Quito y se clasifica para las semifinales de la Copa de la Paz
En dos días no pueden cambiar mucho las cosas. Y, efectivamente, mismo estadio medio vacío, mismo calor sofocante, misma desesperante ausencia de un poco de aire y, sobre todo, mismo Madrid. Estacando y sin velocidad. Por lo menos, hasta el gol de Cristiano Ronaldo, que sirvió para desbloquear el equipo y abrir paso a una goleada que, de momento, maquilla el cansancio de los blancos, pero que no disipa todas las dudas.
Manuel Pellegrini sigue diciendo, con cierta parte de razón si no fuera porque el Madrid es el Madrid y siempre debería dar buena imagen, que sólo se trata de partidos de verano y que no va a cambiar la preparación con vistas a todo un año para ganar un amistoso en julio.
El técnico chileno siguió con su plan de rotaciones. Dio descanso a Raúl, Lass, Garay y Miguel Torres -Sneijder se cayó de la convocatoria a última hora por una sobrecarga en los músculos isquiotibiales- y optó por entregar el centro del campo a Guti y Robben. El holandés duró menos de 45 minutos. Mientras que estuvo en el campo, escoltado por Guti y Gago y Cristiano por la izquierda, el Madrid padeció los mismos males de siempre. Un gran embudo entre la línea medular y la frontal del área -allí se encontraban y se pisaban una y otra vez el extremo holandés, el portugués, Benzema e Higuaín- y la falta de velocidad para romper la defensa rival.
Así que, a falta de circulación de la pelota y con demasiado atasco en el centro del terreno, el Madrid se apoyó en los disparos desde fuera del área. Lo intentaron dos veces Benzema, una Marcelo y otra Cristiano de falta directa.
En la primera parte no hubo más. El equipo lo intenta, pero no llega. Y se pierde. Pellegrini hace hincapié en los toques en corto. Sus jugadores parecen haberlo asimilado -en la primera parte, en una acción así, llegaron al área rival con apenas cuatro toques: de Pepe a Guti, de Guti a Robben, de Robben a Guti y de Guti a Higuaín-, pero faltan piernas para llevarlo más veces a cabo. De hecho, en los primeros 45 minutos, la única que el Madrid llegó a puerta y creó peligro sin recurrir a los disparos desde fuera del área fue con una vaselina de Guti a pase de Cristiano, pero tras un fallo garrafal de un adversario, que perdió la pelota en el centro del campo.
Granero relevó a Robben en el minuto 41 y, ya en la segunda mitad, el ex centrocampista del Castilla y el Getafe abrió más las líneas, dio más aire al equipo y buscó más combinaciones con Cristiano. En una de ellas, éste se encontró con un penalti que se encargó él mismo de transformar. Medio minuto después, el propio Granero empujó a puerta un rechace del portero tras un disparo del nueve.
Hasta ese momento, el mejor del Madrid había sido Dudek. El checo poco pudo hacer en los dos goles del Liga de Quito, ambos, por cierto, a balón parado, otro de los males de la temporada pasada.
Metzelder y Negredo remataron la faena sellando una goleada que clasifica al Madrid para las semifinales de la Copa de la Paz. El viernes, en Sevilla, le espera el Juventus de Cannavaro.
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