A la espera de medidas decididas
Ford tiene que reducir su deuda para hacer frente a la competencia
Ford no debería dormirse en los laureles. El fabricante de coches estadounidense ha avanzado en la reestructuración de su funcionamiento y en su balance contable y lo ha hecho sin acudir a las ayudas públicas o sin declarar la quiebra. Y, además, ha mejorado su cuota de mercado. Todo esto se observa en los resultados del segundo trimestre, que son mejores de lo esperado. Pero para competir a plazo más largo, a Ford le queda mucho trabajo por hacer.
El problema es que Ford ha perdido una de las principales ventajas de las que disfrutaba el pasado trimestre. Buena parte del aumento en la cuota de mercado procede de los clientes que abandonaron Chrysler y General Motors cuando se preparaban para la suspensión de pagos o se encontraban inmersas en ella. Eso también permitió a Ford mejorar sus precios ofreciendo menos incentivos.
Ahora que sus rivales han dejado atrás el Capítulo 11 de la ley de quiebras, es probable que se intensifique la competencia. Desde luego, las tres automovilísticas deberían beneficiarse del aumento de las ventas respecto a los bajos niveles actuales en Estados Unidos, que se mantienen aproximadamente en los 10 millones de vehículos al año. Pero no hay modo de decir cuánto tardará en producirse la recuperación.
En todo caso, Ford tiene deudas heredadas que Chrysler y GM evitaron gracias a su quiebra rápida, respaldada por el Estado. Todavía tiene una red de concesionarios demasiado grande. Y a pesar de haber alcanzado acuerdos con sus sindicatos, obligacionistas y prestamistas el pasado trimestre sigue teniendo una deuda de 26.000 millones de dólares. Está a punto de recibir otro préstamo de 6.000 millones más del Departamento de Energía estadounidense y todavía debe 11.000 millones de dólares al fondo sanitario sindical.
Dependiendo de cuánto pierda de aquí a finales de año en efectivo neto, la compañía podría empezar 2010 con una deuda que triplique al menos el EBITDA (beneficios antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones) que JPMorgan calcula para Ford. Es al menos el doble del múltiplo alcanzado por la recientemente saneada GM, y más si tenemos en cuenta la acumulación de efectivo de GM.
Eso deja a Ford en desventaja financiera. Todavía tiene un efectivo de 20.000 millones de dólares que podría permitirle superar el bache, y ha sido objeto de todo tipo de buenas relaciones públicas, desde buenos comentarios sobre los coches hasta un elogio del presidente Obama. Pero lo que Ford necesita es reducir su deuda, ya sea lanzando otra permuta de deuda por capital social o vendiendo más acciones comunes... o ambos. Ciertamente, los accionistas se diluirán, pero sabrán que Ford está en mejores condiciones para competir eficazmente a largo plazo. Cuanto antes actúe la empresa, mejor. -
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