Haz el ridículo y triunfa
Periodista bocazas cabrea a la alta sociedad neoyorquina y escribe libro sobre su humillante experiencia. Años después, el nuevo cómico más querido de Reino Unido lo interpreta en una comedia ligerita. Conoce a Simon Pegg, el eslabón perdido entre Woody Allen y Mister Bean.
"Cuando los concursantes de 'Gran hermano' son abucheados, me tapo los ojos. No puedo ver a gente sufriendo de verdad"
La oficina londinense de Simon Pegg en su productora Big Talk está empapelada de fotos y carteles de cine. Imágenes de rodajes junto a su socio y amigo del alma Nick Frost, recuerdos, pósters de sus películas Zombies party o Arma fatal. "Es para recordarnos que lo conseguimos una vez y que lo podemos hacer de nuevo", explica este actor inglés de 39 años, con una gorra de béisbol calada hasta las cejas y un enorme café de Starbucks en la mano. En un rincón, un peculiar cuadrito con Pegg y Frost caracterizados como angelotes. "Es un retrato raro", revela algo avergonzado. "No sé por qué lo tengo aquí". Pero la mutación de Pegg en querubín no es tan aleatoria como parece. Para los británicos, Pegg es un tesoro nacional. Después de años en trabajos basura y monólogos en clubes de la comedia, Frost y Pegg consiguieron el éxito con la aclamada serie Spaced. Desde entonces, su aspecto de tío normal y sus parodias con guiños a la ciencia-ficción o el horror le han hecho ganarse al gran público, a los geeks y hasta a Chris Martin y Gwyneth Paltrow, que le eligieron como padrino de su hija Apple.
Es chocante que, en su última película, Pegg interprete a un tipo con fama de indeseable: Toby Young. Este periodista británico bocazas, descarado y metepatas se trasladó de Londres a Nueva York a mediados de los noventa. Viajaba con un flamante contrato con Vanity Fair y la intención de comerse la Gran Manzana a bocados. Pero terminó cabreando a prácticamente todo el ambiente mediático de Manhattan. Más adelante relató la crónica de su fracaso en How to lose friends and alienate people, un libro, según Pegg, "denso y satírico, difícil de adaptar, que hubo que transformar en una comedia ligera y romántica". El resultado: Nueva York para principiantes, una película que rescata a Jeff Bridges y Gillian Anderson y donde tontean Kirsten Dunst y Megan Fox.
EP3. La propia mujer de Toby Young dice que a su lado Homer Simpson es como George Clooney. ¿Cómo fue meterse en la piel de una joya así?
Simon Pegg. Hoy es un hombre casado y con cuatro hijos. Está más tranquilo. Conmigo ha sido muy majo, pero a él no le importa irritar a la gente. Yo soy lo contrario. No soporto la ofensa ni el ridículo.
EP3. Siendo cómico, te resultará difícil.
S. P. Me gustan las comedias que juegan con la vergüenza ajena, como The office o Borat. Pero hay situaciones que no puedo aguantar. Por ejemplo, cuando los concursantes de Gran hermano son abucheados al dejar la casa. Me tapo los ojos, no puedo ver a gente sufriendo de verdad. Supongo que no me gusta la realidad.
EP3. Young parece encantado con la publicidad que le está dando la película.
S. P. A él siempre le ha fascinado el rollo del famoseo. Yo encuentro que se le da demasiada importancia. En el estreno, me quejé sobre lo horrible que era estar en la alfombra roja. Toby me respondió: "Pero ¿qué dices? ¡Es lo mejor!".
EP3. ¿Te pusiste en el lugar de la prensa para preparar el rol de plumilla?
S. P. No aprendí nada que no supiera ya. Lo único: comprobé cómo Toby, que esta vez estaba al otro lado, se daba cuenta de que modificar la verdad puede hacer daño al entrevistado. No creo que este tipo de periodistas sean malvados. Escriben artículos que te hacen parecer un imbécil, pero no es culpa de nadie. Aunque he de decir que algunos son realmente retorcidos.
EP3. Además de actor, eres guionista, cómico y productor. ¿Te resulta difícil no cuestionar la autoridad del director?
S. P. En ocasiones es agradable que mande otro. Confiaba en Robert B. Weide: es el director de una de mis comedias televisivas favoritas, Curb your enthusiasm [serie protagonizada por Larry David, co-creador de Seinfeld].
Pegg está de subidón artístico. Tras hacer de Scotty en Star Trek, de J. J. Abrams, ultima Paul, coescrita con Nick Frost y protagonizada junto a Seth Rogen. Una road movie rodada en Nuevo México sobre unos fanáticos de los cómics que dan con un alienígena. "Escribir es lo que me hace feliz", es todo lo que aventura sobre el proyecto. Así que del rodaje ultrasecreto de Tintín con Steven Spielberg, donde Pegg y Frost interpretan a Hernández y Fernández, entonces, ni hablamos.
EP3. Te has lanzado a hacer las Américas. ¿Tu veredicto?
S. P. Es un mercado muy grande donde es difícil atraer al público mainstream. Allí me conformo con ser una figura de culto y mantener la audiencia de Zombies party. La industria estadounidense es muy competitiva. Disfruté con la película, pero no con la fase de distribución. Se promocionó como una comedia tonta cuando es mucho más. Me ha hecho querer ser menos actor y concentrarme en mi propio trabajo. Quedarme en la esquinita donde no me molesten los que piensan sólo en el dinero.
EP3. Pero entraste por la puerta grande, de la mano de J. J. Abrams.
S. P. Durante una entrevista en Inglaterra, alguien me dijo: "Ahora nos dejas por Estados Unidos". Yo contesté que tampoco era para tanto, que no iba a aparecer en Misión imposible. Poco después, J. J. Abrams me llamó para Misión imposible III y me tuve que tragar mis palabras.
EP3. Y repitió contigo en Star Trek.
S. P. Ninguna de las veces tuve que hacer casting. Abrams no me hizo entrar en ese juego de poder. Me gusta su actitud directa, es un ejemplo de alguien que hace lo que le da la gana, sin la necesidad de ser convencional.
Nueva York para principiantes se estrena hoy.
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