Montreux espera a Prince
El Festival de Jazz es la única cita en Europa del artista de Minneapolis
El Festival de Jazz de Montreux contiene el aliento ante la única presentación en Europa del genio de Minneapolis. Prince clausura hoy la histórica cita suiza con dos actuaciones en una misma noche ante 8.000 privilegiados espectadores. Las entradas para ambos conciertos se vendieron en 7 minutos y 58 segundos, reventando así el anterior récord establecido por el propio Prince en 2007. La organización se guarda las últimas 400 localidades para venderlas hoy mismo en taquilla. Seguro que habrá tortas para hacerse con alguna, cuyo precio tope está en 328 euros.
Traer al mítico multi-instrumentista a Europa no fue tarea fácil, ni al alcance de cualquier promotor con una chequera potente. El esquivo compositor de Purple Rain sólo se dejó tentar por un viejo zorro: Claude Nobs. El fundador y director del Festival de Montreux, de 73 años, mantiene una larga amistad con Prince Roger Nelson desde 1979, cuando acompañó al entonces casi ignoto músico en unos conciertos en París.
"¡Hoy es su día de suerte!", decía el telegrama que mandó Prince a su amigo. Y así es, a pesar de que la taquilla apenas alcanza para cubrir las necesidades de producción, que se sitúan por encima del millón de euros. "Este concierto no se hace por dinero, sino porque es una apasionante aventura", apuntan desde la organización.
Apasionante y carísima, sin duda. A la actuación de Prince se suma un espectáculo de fuegos artificiales cuyo mayor desafío consistirá en ser capaz de reproducir el logo del artista en los cielos alpinos.
Prince se presentará en el colosal Auditorio Stravinski arropado por una banda reducida a lo esencial, compuesta por el pianista Renato Neto, el teclista Morris Hayes, la formidable bajista Rhonda Smith y el baterista John Blackwell. A diferencia de su anterior visita a Montreux, en 2007, esta vez Prince aceptará ser filmado y que el concierto se retransmita en directo por las pantallas de la sala. Tras la actuación, y conociendo los hábitos del artista que se hizo llamar Love symbol, Camille o Géminis, es más que probable que se acerque al muy noctámbulo Jazz Café para una jam session hasta altas horas de la madrugada.
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