Huey Long, del banjo a guitarrista de los Ink Spots
Tocó con grandes del jazz, como Charlie Parker o Dizzy Gillespie
El nombre de Huey Long aparece a lo largo de más de 80 años en la historia de la música. Una dilatada carrera en la que trabajó con muchos de los grandes del jazz, como Dizzy Gillespie o Charlie Parker, creadores en los años cuarenta del bebop. Pero siempre se le recordará como guitarrista y vocalista de los Ink Spots. Era el último miembro vivo de la banda que formaron Bill Kenny, Herb Kenny y Bill Bowen. El jazzman falleció el 10 de junio en Houston (Tejas) a los 105 años.
Nació el 25 de abril de 1904 en este mismo Estado y, como sus tres hermanos, desde pequeño se inició en la música. Aprendió a tocar el piano y el ukelele, que cambiaría por el banjo para tener su primera oportunidad. Era 1925 y Frank Davis y la Louisiana Jazz Band iban a tocar en el hotel donde era limpiabotas. Pero el banjista no apareció. Long corrió a una tienda y se compró uno a plazos. Así empezó como músico profesional. Al poco se fue a Chicago, la Meca del jazz de los años veinte, para probar suerte en los nightclubs que inundaban la ciudad, y se cambió a la guitarra. Su habilidad para componer solos hizo que le contrataran como músico de estudio.
Animador en Chicago
Desde mitad de los treinta, grabó para los estudios Decca con los Jazz Wizzards de Richard M. Jones o la primera esposa de Louis Armstrong, Lil. "Si eras un animador, en Chicago trabajabas para los gangsters. A medianoche cerraban los clubs para sus fiestas. Eran generosos, tiraban mucho dinero al escenario como símbolo de su estatus. Cuando luego lo contabas, siempre era más que suficiente", recordaba. El año clave en su carrera fue 1945.: entró en el grupo de rhythm and blues Ink Spots para sustituir al guitarrista, Charlie Faqua, llamado a filas. Fueron nueve meses de giras y grabaciones, justo cuando la banda estaba en su cima y podía ganar hasta 7.000 dólares a la semana. Una vida de superestrella que terminó cuando Faqua regresó inesperadamente. La voz y la guitarra de Long quedaron grabadas en canciones como If did?t care o Street of dreams.
La banda se disolvió pero surgieron grupos con su nombre. Tras colaborar con varios artistas, en los sesenta formó su propio Ink Spots, con el que actuó dos años en California. Después volvió a Nueva York para escribir y enseñar música en un apartamento del edificio de la CBS.
Los últimos años de su vida los pasó en Tejas, donde con una de sus hijas creó el Ink Spots Museum, y atendía encantado a sus visitantes. Su hija Anita narró cómo, en sus últimos momentos, su padre escuchaba cómo ella le cantaba las melodías que una vez tocó: "La música siempre fue el pilar principal de su vida".
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