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Reportaje:TOUR 2009 | Novena etapa

Lunares naranjas

Egoi Martínez, nuevo rey de la montaña, arranca la primera sonrisa del Euskaltel

Lo decidió el sábado por la noche. ¿Y por qué no? ¿Por qué no buscar esos lunares que dan pedigrí y prestigio si estoy ahí, a un paso de Christophe Kern, el anterior líder de la montaña? Dicho y hecho, y como era un sueño hecho realidad, le ayudó Amets (sueño en euskera). ¿Quién mejor? Tenía un lunar el Euskaltel, el del esfuerzo baldío, el de las batallas perdidas, el de los disparos al poste. El lunar del equipo combativo que, sin embargo, pierde todas las peleas en la calle, y de pronto Egoi Martínez, el veterano, el recientemente renovado, el que corrió dos años junto a Armstrong en el Discovery, lo llenó de lunares rojos y subió al podio.

Tan acostumbrado está el Euskaltel a andar por los suelos que se extrañó de verse en las alturas, de escuchar al speaker del Tour gritar el nombre del ciclista navarro como nuevo rey de la montaña cuando ocupó su lugar en el podio tras abandonarlo el líder, Nocentini. Los lunares no le salieron gratis: "Me han costado tres días de meterme en todos los berenjenales hasta conseguirlo", dijo Egoi. El año pasado, el Euskaltel vivió un momento de gloria cuando Egoi se vistió de amarillo. "Entonces era otra cosa. Aquel maillot estaba claro que lo iba a perder y que tenía cinco días para disfrutarlo. Éste es diferente porque se ha convertido en un objetivo para mí y para el equipo".

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Los lunares han resultado demasiado casquivanos. "Al cruzar los Pirineos había muchos puertos y eso motivaba cambios constantes. Yo espero ser el primero en mantenerlo", afirma Egoi, "y si no, como mañana [por hoy] es día de descanso, es seguro que lo guardo yo en el armario". La lucha será dura hasta los Alpes. Un posible rival es el francés Moncoutie, y habrá gresca en los pequeños puertos. "No voy a arriesgarlo por intentar ganar una etapa", explica Egoi. Es algo así como el tesoro del Euskaltel, un equipo al que Martínez califica como "guerrero": "No somos ganadores, ni somos grandes estrellas. Está claro que nos falta rematar".

Sin atentar contra esa condición genética, su director, Igor González de Galdeano, quiere incluir el espíritu ganador. "Eso de la afición en el Tourmalet, qué bonito, cómo me emociono, si luego no ganas, no vale", cuenta que les dijo a los corredores al preparar la etapa de ayer, la de la mítica marea naranja. "Cuando te metes en una escapada tienes que pensar cómo ganar. Ese cambio de mentalidad es el que nos cuesta llevar a cabo", sentencia.

Egoi Martínez, Amets Txurruka y Mikel Astarloza han sido los tres zapadores del equipo en la primera semana. Igor Antón, el chico destinado a serpentear por las cumbres, ha acusado los nervios y los golpes de tres caídas. Ahora su objetivo está en los Alpes. Allí espera soltar la rabia. "Porque moralmente estoy bien, no como hace dos años, cuando me sentí verdaderamente mal, pero tantos percances te dan mucha rabia". La cara de la mañana en Saint-Gaudens, rabiosa, enérgica, cambió por la tarde en Tarbes cuando Egoi vistió su flamante maillot de lunares rojos que quiere lucir hasta el final, como en la Vuelta de 2006. Lunares rojos, frente a lunares negros. Y salieron lunares naranjas.

Egoi Martínez se enfunda el <i>maillot</i> de líder de la montaña.
Egoi Martínez se enfunda el maillot de líder de la montaña.REUTERS

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