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Contra la crisis, ¡fiesta!

Festejos veraniegos de Galicia resisten al frenazo económico con apoyo popular o ajustes presupuestario

Llega el verano, llega la juerga. Ya sea comiendo en exceso en ferias gastronómicas, bailando hasta perder el sentido en verbenas de pueblo o participando en espectáculos de ocio, folclóricos o no, los gallegos disfrutan habitualmente de las numerosas fiestas, unas 3.000, que se celebran en la comunidad durante el estío. Pero en tiempos de crisis, la amenaza de que el invierno económico afecte a las celebraciones veraniegas acecha. ¿Resisten las fiestas al frenazo?

"Nos preocupa más el tiempo que la crisis", dicen desde la organización de la famosa Rapa das Bestas de Sabucedo (A Estrada), que se celebra el primer fin de semana de julio. El rito de marcar caballos y cortar sus crines no se resintió con exceso este año por razones económicas, aunque la fatalidad quiso que un vecino muriese de un infarto durante la bajada de los caballos y los organizadores decidieron suspender el último curro en señal de duelo. Hasta entonces, la reserva de entradas para presenciar este ritual no sólo no había disminuido sino que incluso habían aumentado respecto a 2008. Sí se ajustó el presupuesto, reducido en 10.000 euros respecto a los 55.000 de entonces y llevó a los promotores a buscar ahorro en la contratación de las actuaciones musicales.

"Nos preocupa más el tiempo que la crisis", dicen en Sabucedo

Más al norte, en Ribeira (A Coruña), las perspectivas son menos halagüeñas de cara a la Festa da Dorna, cuyo día grande es el 24 de julio. "Estamos teniendo muchas dificultades", se lamentan en la Real e Ilustre Cofradía da Dorna, organizadora de los festejos. Su presidente, Francisco Martínez, ve con preocupación como las aportaciones del comercio local se han reducido casi un 40% respecto a 2008. "Los anunciantes se peleaban por aparecer en los carteles de la fiesta, y este año nos sobra espacio; no es normal". De la gente de a pie no se queja, pero sospecha que algún comerciante se escaquea de contribuir con la excusa de la crisis, aunque su negocio no la haya notado tanto. Por suerte, los conciertos van a salir más baratos. "Hay artistas que tienen cinco millones [de pesetas] de caché que lo rebajan a la mitad", señala. A pesar de todo, confía en que la afluencia de público no disminuirá. "Creemos que vendrá tanta gente como en 2008, o incluso más", dice esperando que los jóvenes, que desde Santiago y A Coruña llegan en masa a Ribeira a participar en la jarana, no se miren demasiado el bolsillo este año.

En Lugo, las fiestas más potentes se celebran en agosto, pero en julio varias parroquias y pequeños municipios ya tienen verbenas patronales. En el turístico Samos, con menos de 2.000 habitantes, las fiestas de San Benito, el 9 de julio, tuvieron que hacer frente al aumento de tarifas de algunas orquestas, según señala José Real, al frente de la organización. "Los vecinos dan todos los años lo mismo, ahí no hay inflación", comenta irónico. "Pero la hostelería se portó bastante bien, igual que en 2008".

Que algunas orquestas hayan subido los precios no sorprende a Lito Martínez, uno de los mayores representantes de orquestas de Galicia y cantante de la exitosa Panorama, cuyo negocio -Espectáculos Lito- ocupa una nave industrial de considerables dimensiones en Caldas de Reis (Pontevedra). El empresario no siente la crisis en un sector que mueve millones en Galicia. "Nuestra situación es muy similar a la del año pasado; incluso mejor", dice. Pero advierte de que a otros no les va tan bien. Es el caso de Sito Mariño, que desde Arzúa (A Coruña) representa a 35 agrupaciones. A principios de mes había conseguido un 10% menos de actuaciones para sus representados que a la misma altura del año pasado. "Esto es un mercado", explica, y las actuaciones de las orquestas "no son productos de primera necesidad". "El caché inicial es 12.000 euros, pero si pasa el tiempo y no conseguimos contrataciones, se baja", termina.

Otros sectores del ocio estival van manifiestamente peor. La productora musical viguesa La Fábrica de Chocolate notó con fuerza el bajón en el Festival Alternativo da Xuventude (FAX) celebrado a finales de junio en Ourense. La asistencia de público se redujo "entre un 30% y un 40%", pero muchas bandas no quieren cobrar menos que antes. El festival Cultura Quente de Caldas de Reis, que se celebró este fin de semana, servirá para comprobar, una vez echadas las cuentas, si lo de Ourense fue un bache o si la música en directo se estanca este verano.

Ahora bien, hay festejos en los que hablar de crisis sería absurdo. En Moraña (Pontevedra), la Festa do Carneiro ó Espeto llega este año a su cuadragésima edición con un presupuesto estratosférico que, para la comida y todas las actividades paralelas previstas, ronda los 190.000 euros sufragados íntegramente por las instituciones, en un municipio con menos de 4.500 habitantes censados. El sector público acude al rescate en tiempos de crisis, y con las cosas del comer no se juega.

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