La presidenta filipina se operó el pecho, no estaba en cuarentena
La ausencia de la presidenta de Filipinas, Gloria Macapagal Arroyo, en la vida oficial, la semana pasada, no se debió a que estuviera en "cuarentena voluntaria" para evitar la expansión de la gripe A. Era en realidad una verdad "a medias" para ocultar una operación de pecho.
El palacio de Malacañang explicó entonces la decisión de la presidenta como una medida de lucha contra la nueva gripe, que ya ha afectado a un millar de personas en Filipinas. Su gesto fue imitado por otros políticos. Ahora se ha aclarado todo.
"La cuarentena es una tapadera. La presidenta necesitaba reparar una rotura en los implantes de silicona mamarios que se hizo en los años ochenta", llegó a escribir el columnista Jarius Bondoc en The Star. El portavoz de la presidencia lo negó: "Cuando una mujer se hace la cirugía plástica se nota". Finalmente, el médico que la operó, Raúl Guanzon, desveló el secreto: un equipo de seis doctores efectuó una biopsia a Arroyo, tras detectársele un bulto. "La presidenta está bien de salud", añadió. Arroyo recibió el alta a los dos días de su ingreso en el hospital.
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