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El PP recupera el poder en Gondomar con escolta de la Guardia Civil

Los vecinos respaldan al ex alcalde del BNG en una tensa moción de censura

No hubo ningún discurso ni programa de gobierno, ni la menor intención de hacer uso de la palabra frente a un auditorio tan poco predispuesto a escuchar. El aforo, lleno desde dos horas antes (280 butacas), respiraba un calor sofocante, que se caldeó del todo a la "hora de la verdad", las 12 del mediodía. Entró el todavía regidor, Antón Araúxo, con Teresa Táboas, coordinadora de la Executiva del BNG, y otros cargos de la formación nacionalista, que en todo momento ha rendido un apoyo sin fisuras al alcalde censurado. "¡Alcalde, alcalde!", fue saludada con gran entusiasmo.

Araúxo, encajando el choque con el ambiente caldeado, se apresuró hacia la única ventana del auditorio: "Abrir, abrir portas e ventás". Así consiguió entrar otra parte del público que esperaba afuera (unas 200 personas más) y que ocupó los escasos espacios libres de los pasillos, sin caber todos. La policía local montó un cordón para proteger el escenario del auditorio y por una puerta del fondo, como de bambalinas, fueron apareciendo los que se han sentido llamados a gobernar.

"Entran por la puerta de atrás y nosotros salimos por la puerta grande"
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La bronca alcanzó en ese momento un nivel monumental, con pateos acompasados, "¡Moción, corrupción!", o a puro grito, con energía atroz y enemiga de cualquier ritmo: "¡Fillos de puta. Fóra corruptos. Cabróns!". Llovían fotocopias de 500 euros en miniatura, algún huevo, alguna fruta podre.

Sobre el estrépito, desde el escenario se iban marcando los pasos de ritual que no escuchaba nadie: la mesa de edad que presidiría, una vez más, el "independiente" Manuel Núñez Sestelo, de Move Gondomar; la moción presentada, que no aduce ninguna justificación para relevar al gobierno, y los turnos de palabra, de tres minutos, que sólo usaron el alcalde, antes de la votación, y el portavoz nacionalista, Pauliño del Río, después.

"No estaba preparado para este momento", confesó Antón Araúxo cuando consiguió el silencio del auditorio. "En el BNG entendemos la política de otra manera, como debate de ideas. No ha podido ser en estos dos años porque quien tenía que hacerlo no quiso". Araúxo recordó cómo sus oponentes "votaron sistemáticamente no a todo" y estaba augurando que el BNG volverá al gobierno con el apoyo de los presentes cuando Núñez Sestelo le conminó a callar: habían pasado los tres minutos. "¡Que no!", respondió Araúxo, ostensiblemente molesto. "¡Aún soy yo el alcalde, ¿entendido?!", dijo, y siguió otro minuto.

"La democracia no sólo consiste en votar, sino respetar lo que dice el pueblo, o povo é quem mais ordena", citó de Grândola, vila morena, y Gondomar, prosiguió, ha dado un ejemplo de civismo y dignidad que "vale para todo el país". "La sociedad está limpia, los corruptos son algunos políticos y ellos serán los que tengan que dar las explicaciones. Entran por una puerta falsa y nosotros entramos y salimos por la puerta grande", concluyó.

Se votó a mano alzada y con el resultado previsto: 11 frente a cinco, ya que no asistió el ex alcalde del PP Carlos Silva, candidato a regidor en una anterior tentativa de moción de censura que fracasó precisamente por su candidatura: está condenado a 18 meses de cárcel y ocho años de inhabilitación por prevaricación urbanística. El portavoz nacionalista, Pauliño del Río, reclamó en su turno que los promotores de la moción "aún tienen que explicar por qué la presentan". Pero Martín Urgal, el nuevo alcalde, tras jurar el cargo -de modo inaudible, porque volvió el pateo sincronizado: "¡Fillo-de-puta!"-, se limitó a decir: "Levantamos la sesión y vamos a trabajar por Gondomar".

Los promotores de la moción habían empezado a llegar al auditorio municipal a las siete de la mañana, lo que les dio ocasión para cinco horas de confraternidad en la sala de vestuario. "Somos 12 concejales que nos llevamos de maravilla", explicó Martín Urgal a los periodistas, ya con el bastón de mando en la mano, refugiados todos de nuevo en la misma sala, con rastro de bocadillos y consumiciones.

"Gondomar estaba paralizado. A partir de mañana se verá el cambio", anunció el alcalde. "No debieron gobernar nunca [el BNG], nos estaban llevando para atrás". Lo que harán a partir de hoy: "Analizar las cuentas, repartir las áreas de gestión y fijar una lista de prioridades", respondió el alcalde.

Después fueron saliendo en grupos para subirse a coches de la Guardia Civil y salir huyendo de los vecinos vociferantes que les esperaban afuera y que se fueron en manifestación hasta el ayuntamiento. Colgaron unos paños de Moción=Corrupción en la balconada y se disolvieron.

El nuevo alcalde, el popular Martín Urgal, sale del pleno con el bastón de mando y entra, escoltado, en un furgón de la Guardia Civil.
El nuevo alcalde, el popular Martín Urgal, sale del pleno con el bastón de mando y entra, escoltado, en un furgón de la Guardia Civil.LALO R. VILLAR

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