"Siempre he dicho y hecho lo que me da la gana"
Como todos los componentes de Pasión sin puñales, la artista mexicana Astrid Hadad fue presentada como "amiga" de Pere Pinyol, el director del teatro circo donde se ha estrenado anoche este cabaré que permanecerá en cartel hasta el 30 de julio. Ella, junto a Pavlovsky, son las estrellas de este cóctel de espectáculos variopinto ideado por el propio Pinyol y desarrollado, un poco improvisadamente (los espectáculos principales se cerraron la semana pasada), por (su amigo) Xabier Albertí. Este es el primer show del Price producido por la nueva dirección que entró el pasado enero.
Amigos y amigos de amigos, muchos "amigos encontrados en viajes por todo el mundo", explicaba Pinyol. A Astrid ya la fichó para participar en el Fórum de las Culturas de Barcelona en 2004, que él mismo dirigió.
Ella, que lleva 27 años labrando su propia carrera sobre los escenarios de medio mundo, cosía los carnavalescos trajes que caracterizan sus actuaciones. Y, entre puntada y puntada, contaba su vida.
"Astrid es el nombre de una diosa vikinga, nada que ver con mi ascendencia libanesa. Sencillamente le gustaba a mi madre, significa impulso de amor o elegida por los dioses o estrella... Elige tu misma", dice sin temor alguno a resultar pretenciosa.
No lo hace. Al contrario, esta mujer que se fue al DF a estudiar Ciencias Políticas y a los dos años estaba recorriéndose todas las escuelas de teatro (oficiales y no oficiales) de la capital mexicana, está vetada en la principal cadena de televisión de su país (Televisa) por ironizar sobre el poder de los empresarios y los medios de comunicación mexicanos; y demonizada por los obispos y los curas, "por no pertenecer a la cofradía de los pedófilos". No se ha mordido la lengua en sus... "una dama nunca dice su edad".
Digamos que es una mujer de mediana edad tan vitalista como puede serlo quien vive creyendo que hace lo que le da la gana a cada rato. Qué más da si lo hace o no si vive como si así fuera: "Soy libre, siempre he dicho y hecho lo que me da la gana y por eso no tengo una discográfica que saque mis discos (me los saco yo) ni tengo dinero para tener mi local en el DF, pero llevo 15 años sintiendo La Bodega [donde actúa cada semana cuando no está de gira] como mi sitio".
Allí se ha forjado su fama a golpe de críticas mordaces cantadas e interpretadas a ritmo de rancheras, boleros, o fados, o de todos ellos versionados como si fueran heavy metal (llegó a crear un género propio conocido como el Heavy Nopal). Desde allí, desde ese escenario, ha inventado su propio cabaré ("me fui a Alemania a investigar en los orígenes del género y lo que se hacía no me convenció"), lo ha cargado de reivindicaciones: "Ando duro. Y dale con el placer de las mujeres: en mi país seguimos muy retrasados en eso. También con la corrupción y el narcotráfico: la solución a ese problema es la legalización de las drogas, pero como los políticos están en el ajo... hay que cantarlo. El cabaré no hará la revolución pero dos o tres se irán pensando otra cosa...".
Pasión sin puñales. Teatro circo Price. Hasta el 30 de julio. De 17 a 27 euros.
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