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Reportaje:Fútbol

Denilson sigue dando tumbos

El ex bético vuelve con 31 años a Brasil tras jugar en EE UU, Dubai y Vietnam

Sus piernas bailaban sobre el cuero antes de burlar al rival con el último amago. "Hasta los esperaba para volver a regatearlos", recuerda Iván Pérez. No inventó la pedalada (bicicleta), pero ella lo encumbró. Denilson movía a placer el balón. Su juego era tan sorprendente como su fichaje por el Betis en 1997: en plena negociación con el São Paulo, Lopera se fue a misa. Al salir, pagó 5.300 millones de pesetas, récord de la época. Tan sorprendente como que Denilson, de 31 años, acaba de abandonar el Xi Mang Hai Pong, de Vietnam, tras jugar medio partido y anotar un gol.

"Siempre se adaptaba a lo que le pedía", recuerda Juande Ramos, entrenador bético la temporada 2001-02, la mejor del brasileño. "Al salir del Betis [en 2005] no tuve dos años de contrato seguidos", explica Denilson por teléfono, "pero quiero seguir jugando y tomo decisiones según aparecen. De las que tomé, la mejor fue ir a Burdeos. Allí jugué mucho y ayudé al equipo a meterlo en Champions".

El Xi Mang Hai Pong cierra una lista en la que aparecen, entre otros, el Itumbiara, brasileño, los Dallas de la Major League Soccer de Estados Unidos y Al Nasr, de Dubai. Hoy, no quiere colgar la bicicleta. "Tengo fútbol para dos o tres años más", afirma sin eludir la autocrítica: "Tomé decisiones precipitadas, pero en la vida todos nos equivocamos". Incluso contempló la opción del retiro: "O pasaba tres meses en Vietnam y me retiraba, o volvía a Brasil, me recuperaba y jugaba unos años más. Para retirarme me habría quedado allí: podía hacer lo que quisiera, ¡estaban como locos conmigo!". ¿Y por qué ir a Vietnam? "Me hicieron una oferta muy buena. Salía de una lesión y la única forma que tenía de ponerme bien era ir allí". El acuerdo, según comenta ya en Brasil, "era estar un mes cogiendo forma". "Llegué un sábado y el lunes me hicieron entrenarme. Se lo dije al representante y en rueda de prensa: necesitaba tiempo. No sé qué tradujeron, ¡pero no entendieron nada!".

"Mi llegada a Vietnam fue casi igual que la de Kaká a Madrid. Allí era una estrella, y eso es muy bonito", dice. Y se toma con humor algunas deficiencias del club. "Tenía que ir vestido de jugador desde casa, porque no tienen vestuarios. Imagínate acabar la primera parte e ir al banquillo con 50 grados de calor porque no hay vestuario". Denilson sólo se apena cuando habla de su salida del Betis. "¡Joé, sería muy bueno volver a jugar otra vez allí! Tuve mis momentos buenos y malos, como todos, pero mi salida fue mi triste. La gente me quería mucho, y yo a ellos. Si me fui a Vietnam, ¡imagínate si no volvería a España!".

Denilson, en su presentación con el Xi Mang Hai Pong de Vietnam.
Denilson, en su presentación con el Xi Mang Hai Pong de Vietnam.REUTERS

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