¡Cuidado! Vuelven los 'chiringuitos'
La crisis duplica las advertencias de la CNMV sobre entidades que operan sin licencia
A pesar de las enseñanzas que nos dejan recientes fraudes, los chiringuitos financieros vuelven con fuerza. Las advertencias que sobre ellos emite la CNMV se han duplicado este semestre frente al mismo periodo de 2008. Entre enero y junio, el supervisor avisó sobre seis firmas que están ofreciendo servicios de inversión sin tener permiso. Pueden parecer pocas, o no. "Un solo chiringuito, si tiene el suficiente tamaño en términos de clientes y patrimonio, puede provocar un desaguisado", advierte el jefe de una casa de Bolsa que prefiere el anonimato.
La historia muestra que estas entidades, que bordean lo legal, proliferan "tanto en momentos buenos como malos del mercado, pues piensan que en ambos son capaces de sacar partido; por eso tienen más presencia durante estos días", señala Alberto Medrán, subdirector de X-Trade Brokers.
El gancho para atraer inversores es prometer altas rentabilidades
Los 'chiringuitos' proliferan en las 'burbujas' y durante las crisis bursátiles
El gancho para atraer a los inversores resulta familiar: promesas de rentabilidades de dos dígitos en un corto plazo de tiempo utilizando instrumentos muy sofisticados y una política de captación de clientes (por medio, sobre todo, de llamadas telefónicas) muy agresiva. Con estos dudosos mimbres, la CNMV advirtió el año pasado de que había detectado ocho entidades operando sin licencia. Pero si, además de las localizadas por el organismo español, recogemos las advertencias recibidas en 2008 de supervisores extranjeros, llegaríamos a las 280. Si profundizamos en el número vemos que en el primer semestre de ese año se alcanzaron 98 frente a las 141 que ya llevamos en el mismo periodo de 2009. Y teniendo en cuenta lo globalizado que está el mundo de la inversión a través de Internet, el riesgo de toparse con alguna de estas entidades resulta más elevado de lo que pudiera parecer.
Además, no son fáciles de detectar. Y eso que se intenta estrechar el cerco sobre ellas lo máximo posible. "La CNMV se está poniendo dura tanto con los emisores como con los instrumentos que comercializan", indica Pepa Montes, de Banco Finantia.
El supervisor hace aquí una doble tarea. Por un lado, recoge las denuncias de los inversores, y por otro, intenta detectar, a través de las propias páginas web de los chiringuitos o de las publicidades que utilizan, la presencia de estas entidades en el mercado. Cuando se localiza uno, se emite el requerimiento para que cese su actividad. Si hace caso omiso, la entidad o personas responsables se enfrentarían a una infracción muy grave que podría costarles desde el quíntuplo del beneficio bruto obtenido por esta actividad ilegal pasando por el 5% de los fondos totales o, incluso, tener que hacer frente a una multa de 600.000 euros. Todo ello sin olvidar, si fuera necesario, la vía penal. "El delito más habitual que se puede cometer es el de estafa", confirma Jorge Canta, asociado del bufete Cuatrecasas.
Sin embargo, las sanciones no parecen amedrentar a los chiringuitos. Ya que siguen proliferando. A veces, lo que persigue esta actividad no es tanto bordear la ley sino encontrar un atajo económico. Montar una agencia de valores en España no resulta barato. El capital mínimo exigible es de 300.000 euros y sólo el coste de los abogados oscila entre 100.000 y 150.000 euros. Y luego está el tiempo. "La legislación", describe un experto, "estipula que se concede en un plazo de unos seis meses, pero hay negociaciones que se prologan hasta dos años y medio". Y utilizar otro tipo de formas societarias también es gravoso. Crear una sociedad de valores exige un capital mínimo de dos millones de euros, y para una gestora de carteras, de 100.000 euros.
Está claro que los chiringuitos conocen estos costes y optan, en la mayoría de los casos, por una estrategia de acción-reacción. Operan hasta que son descubiertos. "Algo que no resulta fácil", admite Medrán. Entonces suceden dos cosas: desaparecen o, por el contrario, una vez desenmascarados, continúan trabajando bajo otro nombre y dirección web. Este modus vivendi, pero también la presión de la CNMV, ha provocado que desde diciembre de 2006 no se haya abierto ningún expediente sancionador.
"Chiringuitos los ha habido siempre y seguirán existiendo. Resultan muy residuales respecto al patrimonio al que asesoran", afirma José Concejo, director de Allianz Global Investors. Para Carlos López, director de cumplimiento normativo de Citigroup, "el riesgo para el sistema es importante y la CNMV y el Banco de España lo tienen muy claro, por eso están tan encima de ellos". La lectura positiva es que se pueden aprender algunas enseñanzas básicas como es "desconfiar de entidades que no se conocen y que operan fuera de España con productos extrañísimos. Y desde luego, ante la duda, recurrir a la CNMV", aconseja López.
Pero no todo funciona a la perfección. "Es posible que la regulación tenga que mejorar. No ser absolutamente estricta con quien la cumple, sino tratar de cubrir todos los puntos de riesgo", argumenta Pablo Guijarro, de AFI. ¿A qué se refiere? "Habría que evitar las lagunas regulatorias para impedir que entren elementos externos como los paraísos fiscales", añade. Estos territorios off shore son un refugio privilegiado de los chiringuitos financieros.
Ahora bien, a pesar de todas las advertencias anteriores, es cierto que la gente sigue cayendo en manos de estos timadores. "Y lo hace por una razón sencilla: la codicia humana", reconoce el director general de una de las principales agencias de Bolsa española. Y eso que el engaño es en muchas ocasiones bastante burdo. "Por ejemplo, llaman a la mitad de sus posibles clientes y les recomiendan comprar oro, y a la otra parte les aconsejan venderlo. Si el oro sube, les dicen: '¡Ves como tenías que haberme hecho caso; debiste comprar!'. Por el contrario, si baja, la argumentación es la inversa", relata este experto.
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