La plaza Shakespeare se queda sin inaugurar por falta de público
Ser o no ser... inaugurada. Shakespeare no tuvo ayer suficiente público. El acto de inauguración de la plaza barcelonesa que lleva su nombre, en el que estaba previsto que se descubriera la placa correspondiente y se representara un fragmento de una de sus obras, hubo de suspenderse por la escasa asistencia. Apenas una docena de personas, incluidos el estupefacto primer teniente de alcalde, Carles Martí; el director del Grec, Ricardo Szwarcer, y los actores del Ricard II que se presentó la temporada pasada en la sala Ivanow se dieron cita en el estupendo parque, muy británico con su fuente, sus chopos y rosaledas, ubicado en la avenida de Pedralbes. En un final de tarde tórrido que sugería Otelo, Martí no daba crédito y achacaba el fracaso de convocatoria a un fallo de comunicación. "Así no podemos hacerlo, Shakespeare no se lo merece", resolvió. Dos empleados de Parques y Jardines con aspecto de enterradores procedieron a retirar sin ceremonia la tela que cubría la placa. Otra vez será.
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